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Más de 100 vuelos cancelados en España por el paro francés

Un total de 115 vuelos fueron cancelados en Madrid, Barcelona y otros aeropuertos españoles ayer, en su mayoría correspondientes a rutas entre España y Francia, y varios centenares sufrieron retrasos a causa de la dependencia del control aéreo francés para los enlaces con el resto de Europa. Tras finalizar la huelga, los centros de control aéreo de Burdeos, Reims y Marsella cerraron su espacio aéreo hasta las 6.30 horas de hoy, según informó Aena.

La compañía Iberia y su filial Air Nostrum suspendieron más de dos tercios de los vuelos entre los dos países y Air France hizo lo propio, pero ambos grupos estiman que las molestias directas para los pasajeros fueron relativamente pequeñas, puesto que hubo tiempo de advertirles. El tráfico entre España y el Reino Unido, Irlanda y el noroeste de Europa fue desviado a una ruta alternativa con el fin de paliar los retrasos.

Una docena de trenes que comunican España con Francia o pasan por este país fueron igualmente suspendidos, a diferencia de los enlaces ferroviarios de París con Londres y Bruselas, que funcionaron casi normalmente.

Fuentes aeroportuarias de París exageraron un poco asegurando que "no hay un gato en los aeropuertos", pero tampoco mintieron en exceso: ocho de cada diez vuelos de entrada o salida fueron cancelados y muy pocos viajeros se arriesgaron a acercarse a los aeropuertos.

La semiparalización del tráfico aéreo se une a un seguimiento masivo de la huelga en los transportes de superficie. Toda la región de París, habitada por más de diez millones de personas (el doble que la de Madrid, por ejemplo), vivió la jornada del martes con grandes dificultades para llegar a los trabajos y demás ocupaciones, una vez cortado el cordón umbilical de las redes de trenes de cercanías y de su prolongación en el metro. Sólo funcionó un convoy del metro de cada diez, tras un paro de entre el 90% y el 96% de los conductores. Apenas se vieron autobuses en servicio.

Los transportes urbanos quedaron completamente paralizados en una quincena de grandes ciudades. No menos fuerte fue la movilización de los ferrocarriles, con pocos enlaces entre ciudades.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de mayo de 2003