No voy a entrar en la cuestión de si debe o no dimitir. Que cada uno piense lo que estime. Me reitero en algo esencial que es la estabilidad de la caja para que los empleados, los ahorradores y los empresarios estén tranquilos. Así que propongo una nueva etapa de diálogo para reconsiderar algunas cuestiones. No me gusta la adscripción a la Ley Financiera, sino que Cajasur forme parte de las cajas andaluzas y que la obra social se invierta principalmente en Córdoba. Por lo que debe haber un diálogo que devuelva la caja al ámbito andaluz, debate que se debe ampliar a todas las cajas andaluzas. También defiendo la transparencia, la democracia y la pluralidad en la caja. No es bueno hablar tanto de las entidades financieras y lo que preocupa ahora es cambiar la situación actual
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de mayo de 2003