Con más de 3.000 kilómetros a sus espaldas tras 15 días de campaña electoral, el candidato de l'Entesa a presidente de la Generalitat, Joan Ribó, llega a estas elecciones con esperanzas de mejorar los cinco diputados autonómicos logrados hace cuatro años, cuando Esquerra Unida concurrió en solitario. Ribó cerró la campaña el pasado viernes en Xàtiva, donde insistió en los mensajes que ha tratado de transmitir a los votantes a lo largo de estos días agotadores. El mensaje era claro: que el Partido Popular no continúe gobernando la Generalitat. Un objetivo que justifica la decisión de unirse a Els Verds y Esquerra Valenciana en la coalición de l'Entesa. Una decisión que Ribó ha tenido que explicar a sus bases y que ha obligado a un esfuerzo suplementario para darse a conocer más allá de las bases clásicas de Esquerra Unida para atraer nuevas bolsas de votantes.
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Ribó ha vendido austeridad y honestidad, en contraposición a la "política autoritaria" que ha supuesto la mayoría absoluta del PP en los últimos cuatro años. Con mítines casi cada día y conferencias de prensa en todas las localidades que ha visitado -desde Vinaròs hasta Orihuela- el candidato de l'Entesa ha cuidado en especial a los jóvenes, con referencias a sus problemas específicos y a sus necesidades, fundamentalmente el trabajo y la vivienda. Junto a los jóvenes, los trabajadores, los pacifistas y los progresistas en general han sido los destinatarios de sus mensajes. El medio ambiente, con la propuesta de una moratoria para la construcción en la costa, también ha sido un argumento constante a lo largo de la campaña.
Una campaña en la que Ribó no ha dejado pasar ningún día sin contestar al PP para rebatir sus argumentos y en la que ha recordado constantemente la guerra, el chapapote del Prestige y el decretazo, para convencer a los ciudadanos de la necesidad de un cambio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de mayo de 2003