Este turolense, nacido en 1950 en Mora de Rubielos, hijo de gobernador civil, nunca debió pensar de joven que se convertiría en alcalde de Zaragoza. Magistrado de carrera, vocal del Consejo General del Poder Judicial, destinado en el País Vasco -donde presidió la Audiencia Provincial de Vizcaya-, fue ministro de Justicia e Interior en el último Gobierno socialista. Ya peleó en 1999 por la alcaldía de la ciudad, donde aterrizó entre el escepticismo de muchos.
Apasionado, vehemente, un punto altivo, obcecado -"decían que me iría y me he quedado"- tras una etapa inicial en la que pasó de puntillas por Zaragoza, un buen día, como San Pablo, cayó del caballo y comprendió que la ciudad del cierzo se conquista pateándola.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de mayo de 2003