El Pamesa derrotó por tercera vez consecutiva al Joventut y, además de eliminar por la vía rápida al conjunto catalán, logró clasificarse para las semifinales por primera vez en su historia. El conjunto de Paco Olmos extendió en este tercer encuentro el dominio que ha tenido en el conjunto de la eliminatoria y, de nuevo, se vio ayudado por los graves problemas ofensivos del equipo de Manel Comas, que en ninguno de los choques ha tenido ni las ideas ni el acierto necesario para plantar cara a los valencianos.
PAMESA 82 - JOVENTUT 64
Pamesa: Montecchia (12), Liadelis (15), Kammerichs, Hopkins (14), Oberto (9) -cinco inicial-, Paraíso (11), Asier García (5), Rodilla (14), Robles, Luengo y Tomasevic (2).
Joventut: Marco (8), Vázquez (1), Drame (9), Shirley (8), Tabak (9) -cinco inicial-, Bueno (10), Espil (9), Labeyrie (7) y Jofresa (3).
Árbitros:Maza, Gallo e Hierrezuelo. Eliminaron por las cinco faltas personales a Shirley.
Tercer partido de cuartos de final de la Liga ACB. Pabellón de la Fuente de San Luis, 8.000 espectadores.
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El Pamesa encarriló el choque en la primera parte, pero lo sentenció en un tercer cuarto impecable en el que anotó 19 puntos más que su rival con una brillante suma de intensidad defensiva e inspiración ofensiva.
El encuentro comenzó más igualado de lo que habían sido los dos anteriores. El conjunto catalán acertó en sus primeros tiros a canasta y por instantes neutralizó el rápido juego del Pamesa, hábilmente dirigido por el argentino Alejandro Montecchia y con el escolta griego Panos Liadelis inspirado en la anotación. A pesar de este buen inicio, pronto reaparecieron los fantasmas que habían perseguido al Joventut durante toda la eliminatoria. Desaparecieron las ideas ofensivas y se encadenaron los lanzamientos fallados. El Pamesa, descentrado por sus protestas a las decisiones arbitrales, desperdició la sentencia el encuentro antes del descanso.
Pero en la reanudación los locales pisaron el acelerador. En apenas cinco minutos multiplicaron su renta con una defensa asfixiante y un ataque decidido que contagió a su afición y puso en evidencia a su rival, absolutamente desquiciado por su falta de acierto de cara a canasta (62-40, m.27). Al Joventut, además, se le acumularon los problemas. A la baja del alero Nicola Radulovic se unió la temprana expulsión del pívot estadounidense Paul Shirley. Pero, sobre todo, la intensidad del Pamesa fue la que decidió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de mayo de 2003