"Hemos pagado la inferioridad de condiciones", dijo Alcaraz, ya con el calendario de Segunda en la mano. "Es un día muy triste y el vestuario está muy decepcionado", reveló cuando aún estaba caliente el descenso. Y es que lo del Recre ha sido nadar boqueando con la lengua fuera para morir en la orilla. La reacción del Recreativo, 22 puntos en la segunda vuelta del campeonato a falta de dos jornadas, sólo le ha servido para mejorar los números de su anterior visita al piso noble del fútbol español. En la campaña que finalizó en 1979 el Recre, el único precedente del conjunto andaluz en Primera, también bajó a Segunda, pero aguantó peor el tipo y se pasó en el último escalón de la Liga prácticamente todo el año.
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"Nos ha lastrado la primera vuelta, que fue horrorosa", dice el portero Luque, uno de los protagonistas de la frustrada remontada. Y dice bien. El conjunto onubense sólo sacó 11 puntos de 54 posibles en los primeros 18 encuentros. Después remontó. Mucho. Pero no ha sido suficiente. La derrota de ayer frente al Sevilla certifica el descenso del club más antiguo de España. Un equipo que sólo tres años atrás planificaba su temporada en Segunda B y al que la carambola de deudas del Burgos mantuvo en Segunda división.
Su técnico, el irascible Lucas Alcaraz, reivindica que el sprint final de su equipo "ha sido admirable" y apela a "los presupuestos económicos" para valorar en su justa medida la temporada de su equipo. "Hemos luchado hasta el final después de llevar una desventaja de puntos que parecía insalvable". Alcaraz ha señalado en más de una ocasión que la diferencia entre su equipo y otros es que el Recre "no cuenta con jugadores de seis u ocho millones de euros". Tras 18 jornadas de campeonato, el Recreativo era último a nueve puntos de la salvación que marcaba Osasuna, a siete del Rayo, antepenúltimo, y a seis del Espanyol, penúltimo. "Ha sido un camino duro", dice Alcaraz, que ha terminado la Liga enfrentado a los árbitros y expulsado en multiples ocasiones.
Para el defensa Merino la clave del frenazo en seco que ha dado el equipo ha sido "jugar contra los cuatro grandes de golpe. Eso ha estancado nuestro casillero, porque de 12 puntos sólo hemos logrado uno". Lo cierto es que ese único punto de los últimos 15 fue ante el Madrid en el Colombino, un estadio con capacidad para 20.000 espectadores, y ha registrado en su campo lleno tras lleno durante el curso, lo que no está mal para una ciudad mediana. Un entusiasmo sin final feliz.
El 28 de junio, el Recreativo disputará la final de la Copa del Rey con el Mallorca en el Martínez Valero de Elche. "Pero nuestro objetivo era la permanencia, mucho más que la Copa del Rey", reconoce Merino. El año próximo, el equipo onubense, estará en Segunda, eso es seguro. Quizá también esté en la UEFA y con un trofeo inesperado como botín de un extraño curso en Primera, un año en el que comenzó con la soga enrollada al cuello, y al otro extremo un yunque, y la terminó como uno de los mejores equipos de la segunda vuelta. No fue suficiente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de junio de 2003