Ni fallos técnicos de los trenes ni errores humanos. La degradación de las vías de la red ferroviaria ha sido el principal motivo de los descarrilamientos producidos en los últimos meses, según un informe reciente de Renfe. Este documento revelaba que el deterioro de la red es tal que "no se puede controlar a través del mantenimiento preventivo rutinario" y advertía de que es necesario "un plan de rehabilitación urgente para corregir esas deficiencias y evitar que nuevos accidentes afecten a la seguridad de la circulación".
El precario estado de las vías, cuya degradación se ha visto acelerada por las inclemencias meteorológicas, ha llegado a producir "defectos en la geometría en numerosos puntos de la red", así como la desestabilización de trincheras, según el informe que el gerente de Infraestructuras de Renfe remitió al Consejo de Administración de la empresa ante la acumulación de accidentes registrados en los últimos meses del año pasado y principios de éste.
"Las lluvias extraordinarias, las fuertes heladas y nevadas producidas en las primeras semanas de enero habían tenido un efecto negativo sobre todas las infraestructuras viarias de Castilla y León y, cómo no, una influencia directa o indirecta en los accidentes", declaró el presidente de Renfe, Miguel Corsini, en una de sus últimas comparecencias ante el Parlamento, a principios de año. Explicaba también el máximo responsable de Renfe que los descarrilamientos de un Talgo en Ponferrada (León), el Canfranero de Huesca o de un mercancías en Medina del Campo (Valladolid) fueron directamente provocados por desprendimientos de tierra. Pero en el caso del descarrilamiento de otro Talgo en Pancorbo (Burgos), en el que se produjo un choque con un tren regional, admitía que el accidente fue causado porque el ancho de los carriles de la vía era inadecuado, "debido a una negligencia en el mantenimiento de la vía".
Sólo en enero pasado, se registraron siete accidentes en los ferrocarriles, con dos muertos y decenas de heridos. Según las conclusiones de los técnicos de Renfe, se debieron al mal estado de las vías. Sólo en un caso, el accidente de un Talgo en Tobarra (Albacete) el 4 de enero, existían indicios de sabotaje.
El informe elaborado por Renfe sobre el estado de la vía fue encargado después de los numerosos accidentes registrados en los últimos meses, que han levantado la alarma y han erosionado la imagen del ferrocarril como un medio seguro de transporte. El plan de rehabilitación urgente es fruto de una serie de inspecciones urgentes del estado de la red.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de junio de 2003