Miembros de la milicia revolucionaria de los basiyi, voluntarios islámicos cercanos al ala más ultra del régimen iraní, agredieron en la noche del viernes al sábado a los estudiantes de la Universidad de Teherán, que protestaban por cuarto día consecutivo contra la privatización de los centros de enseñanza superior. Los universitarios han ampliado su revuelta hasta llegar a pedir la "muerte de los dictadores" iraníes. Anoche, la tensión se elevó cuando la policía detuvo a uno de los cabecillas de los vigilantes acusado de haber atacado a los manifestantes pro democracia.
Un día más, al caer la noche, la policía rodeó la Universidad de Teherán para proteger a los estudiantes de los ultras islámicos que la noche precendente irrumpieron en los dormitorios y golpearon a los residentes. Un testigo dijo que había manchas de sangre en las paredes. Varios estudiantes resultaron heridos, según la prensa local.
Los basiyi (voluntarios, en farsi), que pasan por ser unos de los más firmes defensores de la Revolución Islámica, han atacado a los manifestantes con palos, cuchillos y cadenas. Las protestas degeneran en violencia al final del día cuando los lemas se vuelven contra los dirigentes del sector más conservador del régimen islámico para exigir "libertad".
La policía iraní advirtió ayer a los vigilantes de la Revolución de que no se tomaran la justicia por su mano. Y amenazó con practicar detenciones después de los incidentes de la madrugada, los más graves desde que el pasado martes comenzaran las protestas. Testigos citados por Reuters afirman que los agresores eran un centenar y algunos de ellos iban armados con fusiles de asalto. Durante los enfrentamientos se escucharon varias ráfagas.
La nota policial afirmaba: "Algunos elementos fuera de la ley se han aprovechado de la protesta de los estudiantes para causar problemas y destruir la propiedad pública. Perturbar la paz del pueblo no es aceptable bajo ninguna circunstancia".
A lo largo del día, surgieron informaciones contradictorias sobre la muerte de un estudiante en la ciudad de Shiraz (al sur de Teherán). El fallecimiento fue desmentido por una autoridad regional.Las manifestaciones han generado un clima de temor entre la población. Los miembros más progresistas del Gobierno afirman haber recibido órdenes de no hablar con la prensa.
Irán no había conocido protestas de esta envergadura en la universidad desde el verano de 1999. Según insiste el guía espiritual del país, Alí Jamenei, y repiten hasta la saciedad la radio y la televisión oficiales, estas manifestaciones están instigadas por Estados Unidos y por dirigentes monárquicos, de la era del sha, que quieren acabar con el régimen de los ayatolás.
Jamenei, máxima autoridad religiosa y que posee la última palabra sobre todos los asuntos del país, ha declarado que el Gobierno iraní no tendrá piedad con los "mercenarios del enemigo". Irán identifica como "el enemigo" a "los dirigentes actuales de Estados Unidos y el régimen sionista [Israel]", en palabras del líder espiritual.
El Gobierno de Washington condenó ayer la violencia empledada contra los estudiantes y pidió a Teherán la puesta en libertad de los detenidos. Estados Unidos acusa a Irán de querer desarrollar armas nucleares y le ha incluido en el llamado eje del mal, junto a Corea del Norte y el Irak de Sadam Husein.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de junio de 2003