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Seis de cada diez mujeres que se prostituyen en las calles son extranjeras

El 66% de las meretrices son inmigrantes, según un estudio de la Universidad de Comillas

MadridCarmen Meneses, directora de este estudio presentado ayer, explica que la mayor presencia de extranjeras en zonas de prostitución como la calle de Montera, la Casa de Campo y el polígono industrial de Villaverde, empezó a notarse a partir de 1995. "La mayoría son latinoamericanas, sobre todo ecuatorianas y colombianas; subsaharianas y de los países del Este", añade y matiza que su trabajo se ha centrado en las mujeres que ejercen en la calle, no en pisos o clubes. "Hemos intentado aproximarnos a un mundo sobre el que apenas hay estudios, pero queda mucho por investigar", admite. Para su trabajo, además de analizar 1.610 casos atendidos por APRAM, han mantenido 23 entrevistas con prostitutas. Rocío Nieto, presidenta de APRAM, considera que para las meretrices extranjeras es más difícil dejar la calle y encontrar un empleo porque buena parte de ellas están en situación irregular "y a veces inmersas en redes de traficantes que las venden como mercancía". Según los autores del estudio, la mayoría de las prostitutas de otros países llegan a España con la decisión de dedicarse a esta actividad, aunque también hay un grupo minoritario de mujeres, procedente sobre todo de la antigua URSS y de los países del Este, que han sido engañadas y coaccionadas por redes de tráficantes. Pero incluso entre las que ya sabían a qué venían existe la sensación de haber sido estafadas porque las condiciones son más duras de lo que les contaron: ni es fácil ganar dinero ni se consigue tan rápido.Otro grupo es el de las transexuales. Seis de cada diez son latinoamericanas, sobre todo ecuatorianas. Más de la mitad, sobre todo las de otros países, carecen de cobertura sanitaria.

El 66% de las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Madrid son inmigrantes cuando hace una década las extranjeras suponían sólo un 7% del total. Éstos son algunos datos del estudio Perfil de la prostitución callejera realizado por profesores de la Universidad de Comillas a partir de los casos de 1.610 mujeres atendidas desde 1989 por la APRAM (Asociación para la Reinserción de la Mujer Prostituida). Las meretrices de otros países son más jóvenes que las madrileñas y tienen mejor salud, pero suelen carecer de papeles, lo que dificulta su inserción laboral.

Toxicómanas

El 92% de las prostitutas atendidas por APRAM entre los años 1989 y 1994 eran españolas, buena parte de ellas son toxicómanas. Pero ahora sólo un 33% de las meretrices asistidas en esta ONG son de este país. "¿Dónde se ha metido el resto?", se pregunta Meneses sin encontrar respuesta. "Puede que algunas, sobre todo las toxicómanas, lo hayan dejado porque han fallecido o por los programas de metadona, y quizá otras ejerzan en pisos pero no tenemos una explicación porque éste es un sector que oficialmente no existe", plantea.

La mayoría de las 1.610 mujeres atendidas por APRAM se inició en la prostitución entre los 18 y los 25 años; más de la mitad habían cursado estudios primarios y un 78% tenía experiencia laboral previa, sobre todo en la limpieza y el servicio doméstico y en la hostelería.

Entre las prostitutas españolas existen dos tipos de perfiles: el de la toxicómana que realiza esta actividad para adquirir drogas y el de una mujer sola con hijos a su cargo. Las drogodependientes, consumidoras sobre todo de heroína, comienzan a hacer la calle en torno a los 25 años y para esa edad tienen ya algún hijo que vive con su familia o en centros de acogida (un 15%). Tienen pareja, normalmente también toxicómana, y reside En pensiones, en la calle o en poblados marginales. Casi la mitad han tenido problemas con la justicia por delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes y su estado de salud es delicado, siendo buena parte de ellas seropositivas.

Las prostitutas solas con hijos a su cargo suelen vivir en pensiones o pisos de alquiler y carecen de pareja. Un 12% son analfabetas cuando entre la población femenina de la región el porcentaje no supera el 4%.

Entre las meretrices extranjeras la mitad carece de cobertura sanitaria, aunque su estado de salud es bueno (el 75% aseguran no padecer ninguna enfermedad). La mayoría ha empezado a prostituirse a los 30 años, en algunos casos después de haber desempeñado empleos por lo general mal remunerados como el servicio doméstico.

Lo que las ha arrastrado a la calle es, fundamentalmente, la posibilidad de ganar más dinero en menos tiempo. Su objetivo es poder pagar las deudas contraídas al emigrar, mantenerse en Madrid y ayudar a la familia que quedó en su país. La falta de papeles de muchas es lo que más les dificulta para hallar un empleo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de junio de 2003