Pocos meses después, la escena se repetía. Otra vez en Valencia, como en la pasada Copa del Rey, el Barça levantó ayer un título de campeón. Esta vez fue el de la Liga ACB, broche con el que sella una temporada inmejorable, a la que suma la Copa del Rey y la Euroliga. Ayer su calidad se impuso a la épica del Pamesa, un equipo que, pese al rotundo 3-0 de la serie, también está de celebraciones: nunca hasta ahora había alcanzado ni las semifinales, a lo que suma la Copa ULEB y la clasificación para la Euroliga.
PAMESA 74 - BARCELONA 82
Pamesa: Rodilla (0), Luengo (11), Paraíso (7), Oberto (19), Tomasevic (10); Hopkins (8),Montecchia (14), Kammerichs (0), Liadellis (4) yAsier García (1).
Barcelona: Rodríguez (6), De la Fuente (12), Bodiroga (11), Fucka(15), Dueñas (8); Femerling (3), Navarro (12) y Jasikevicius (15).
Font de Sant Lluís. 9.000 espectadores.
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El Pamesa tuvo que luchar contra todo. Contra el peso de la historia -ningún equipo había remontado un 2-0 en una fase final de la ACB- y sobre todo contra sus problemas físicos. Según confesó Olmos la víspera del partido, cuatro jugadores se tomaron "analgésicos fortísimos" 20 minutos antes de empezar el encuentro. Entre ellos Tomasevic, cuya rodilla ha acabado la temporada hecha añicos. Para colmo, Oberto saltó a la pista con el tobillo como una patata por un esguince. Se sintió inseguro en el cuerpo a cuerpo y su equipo lo echó de menos.
Tanto el Pamesa como el Barça coincidieron en señalar la clave del partido. Rebote y correr, rebote y correr. Así de simple. El equipo que dominó ese movimiento fue el que llevó la batuta del encuentro. Primero fue el Pamesa, que dejó al Barça en sólo dos puntos en los primeros cinco minutos, atado de pies y manos Bodiroga por la defensa de Paraíso. Luego el conjunto catalán comenzó a hacer mella bajo los aros. Fucka, Dueñas y Femerling impusieron sus centímetros ante unos pívots del Pamesa mermados físicamente y que evitaban el contacto directo para explotar más su movilidad en la pintura.
Del choque de trenes salió vencedor el equipo de Pesic, que jugó a placer en el segundo cuarto. Jasikevicius y Bodiroga dinamitaron la diferencia del Pamesa, Fucka ganó la lucha por el rebote y Navarro tiró del contragolpe. Rebote y correr. La defensa del Barcelona se cerró como un puño. Frente a eso, el equipo valenciano apenas encontró posiciones de lanzamiento y cuando se vio en los tiros libres sufrió de nuevo de mal de altura. El parcial fue escandaloso, un 2-20, y la diferencia se había situado en 29-46 al llegar al descanso.
En la segunda parte el Pamesa llegó a la encrucijada. Cuando todo parecía vendido, protagonizó un remonte de libro que le llevó hasta los tres puntos. El héroe fue Oberto. El argentino se olvidó de su tobillo, perdió el miedo al dolor y se dejó la piel en la pista. El Pamesa optó por los ataques cortos, liderados por Oberto, y redujo las distacias (45-53, 55-59, 62-65). El Barça se precipitó en varios ataques, aunque siempre contó con el increíble poder de sus individualidades: un mate de Dueñas, un triple de Navarro, una penetración de Bodiroga. Con esas armas mantuvo su dominio, aunque leve, en el marcador. Aguantó el vendaval y esperó el momento para dar la estocada. Cuando más cerca estaba, el Pamesa se desfondó físicamente, incapaz de echarle bocado al Barcelona en ataque estático. El Barça sólo tuvo que esperar para rematar el título con el que consuma la mejor temporada de su historia, la temporada en que se ha impuesto, en todos los terrenos y a todos los rivales, para ganarlo todo. Mejor, imposible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de junio de 2003