El Atlético y Luis Aragonés llegaron ayer a "un principio de acuerdo" para que el técnico abandone el club ya. Sólo resta concretar los términos económicos del finiquito, puesto que Luis quiere garantizarse el cobro de lo que le correspondería, 1,2 millones de euros, por la temporada que le resta de contrato, así como los tres que, según él, se le adeudan por diversos conceptos. Gregorio Manzano, que acaba de hacer al Mallorca campeón de la Copa del Rey, se perfila como su sustituto.
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Las pésimas relaciones entre Jesús Gil, el máximo accionista del Atlético, y Luis Aragonés han marcado el adiós, que ya parece definitivo, del técnico. A raíz de la derrota (0-1) frente a Osasuna en el estadio Calderón en el partido, en abril, en el que se celebraba precisamente el centenario del club, Gil criticó con dureza a los jugadores rojiblancos y Luis le respondió. La plantilla, quejosa con Gil, incluso estudió entonces la posibilidad de protagonizar un plante sonado, ya que, además, se les debía seis meses de salario por término medio y las primas pactadas por el ascenso, el curso anterior, a la Primera División. Pero Luis les convenció de que no lo hicieran.
En todo caso, el entrenador ya anunció en mayo a sus jugadores que abandonaba el cargo, aunque rectificó poco más tarde con el fin de asegurarse el cobro de la temporada que le queda de contrato. Reuniones posteriores entre Enrique Cerezo, el nuevo presidente, y el propio Luis parecieron confirmar, en cambio, su continuidad en la próxima campaña.
En la madrugada de ayer, sin embargo, la tensión entre Gil y Luis vivió el penúltimo capítulo. Gil acusó a Luis en la Cope de ser "un miserable" y "un pesetero". A su vez, Luis respondió a Gil en la Ser que el club es un "manicomio" desde que asumió su presidencia. Anoche mismo, en Antena 3, el entrenador volvió a arremeter contra el dirigente: "Todo lo que dice es vano, es tirar porquería. Para él, un trabajador es un lacayo. Me voy para no verle".
Previamente, por la mañana, Cerezo, acompañado por el director general del Atlético, Miguel Angel Gil Marín, y el gerente, Clemente Villaverde, se reunió con Luis y su agente, Pepe Navarro, con el fin de intentar cerrar de una vez por todas la vinculación del técnico con el club. En ese encuentro ambas partes limaron sus posturas y llegaron a "un principio de acuerdo" en ese sentido, aunque dejaron pendientes los términos económicos del finiquito.
Navarro comentó que "se trata de que no haya vencedores ni vencidos". Y añadió: "Nuestra pretensión es que la solución beneficie a Luis y al Atlético porque, al fin y al cabo, todos estamos en la misma nave".
Cerezo también dio su versión de los hechos: "Hemos alcanzado un acuerdo en una serie de términos para que Luis rescinda su contrato. Se trata de un buen acuerdo. En cuanto Luis dé su visto bueno y al club le parezcan aceptables sus condiciones, algo que ya está más cerca, el problema quedará resuelto".
Por otra parte, Cerezo se entrevistó ayer por segunda vez con el empresario mexicano Jorge Vergara, interesado en adquirir el paquete mayoritario de acciones del Atlético para hacerse con él. "La situación es simple. Este señor está analizando la coyuntura económica y judicial de la entidad", resumió Cerezo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de julio de 2003