Pregunta. En alguna ocasión ha denunciado que Gil la ha intentado comprar.
Respuesta. Puedo acreditar que la misma noche que se firmó la moción de censura, el alcalde Julián Muñoz me llamó desde el Ayuntamiento para ofrecerme lo que yo quisiera. Ya antes trató de comprarme en una junta de portavoces con algo ruin. Yo planteé cuál iba a ser el régimen de retribuciones de los concejales y me dijo que si quería que mi gente tuviera sueldo le tenía que retirar las denuncias. Hay gente por ahí diciendo que no puedo vivir con 130.000 pesetas que cobro de Marbella, pero se equivocan, no cobro ni una peseta.
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P. ¿Cómo se entiende que quien ha sido un azote para Jesús Gil acabe pactando con él?
R. No creo que sea difícil entenderlo, lo que ocurre es que no nos gusta, y a mí tampoco, pero hay veces que no encuentras ninguna otra solución, simplemente porque no existe. Hay una realidad incontestable: el GIL ganó las elecciones por mayoría absoluta y hay una falta de gobernabilidad grandísima en la ciudad, unas actitudes de prepotencia terrible, una situación de opacidad absoluta y todo eso se ve incrementado por la falta de cohesión en el equipo de gobierno que va creciendo hasta la ruptura, en la que los demás no tenemos nada que ver. Al dividirse el grupo, ocho concejales deciden romper definitivamente la baraja y han buscado socios de gobierno porque sin mayoría sería un auténtico desastre, nada saldría adelante.
P. Pero si su objetivo siempre ha sido expulsar al GIL, ahora que se descomponía internamente, con la moción de censura se le da aire a una de las facciones.
R. Tenemos que compaginar el intento de regeneración democrática con un compromiso que tenemos con los ciudadanos de que haya gobierno en la ciudad. Para mí la regeneración democrática es que todas las personas que formen el gobierno cumplan la legalidad a rajatabla. Yo el pasado no se lo puedo borrar a nadie, pero si estoy dentro, sí puedo garantizar que la ciudad va a tener un gobierno transparente con el interés general como único objetivo.
P. Ahora Muñoz había dado pasos para restaurar la legalidad.
R. Ese es el paripé que vende a la calle. Lleva año y medio de alcalde, y ahora no es que lo reconozca, es que ha finalizado el proceso del plan anterior.
P. Gil en cambio sigue sin reconocer el Plan General de Ordenación Urbana de 1986.
R. Me importa un rábano lo que diga Jesús Gil, es su problema, son sus opiniones, no está en la política. No entiendo este empeño de hablar de un muerto político.
P. Jesús Gil ha avalado la moción de censura, y dio una rueda de prensa con la candidata a la alcaldía y los demás concejales explicando las razones. No parece que esté retirado precisamente
R. A mí me da igual lo que diga Jesús Gil. No tengo que ver nada con él. Y diga lo que diga Jesús Gil, el urbanismo se va a llevar a través de un órgano tripartito donde va a estar la alcaldesa, Carlos Fernández [Partido Andalucista] y yo. Y aseguro que estando yo en ese órgano el urbanismo cumplirá rigurosamente las normas legales.
P. ¿Cree que la futura alcaldesa tendrá las manos libres?
R. No tengo ni idea de qué situación va a tener, pero garantizo que con las manos libres o atadas se va a hacer lo que haya que hacer por la ciudad dentro de la legalidad y los principios democráticos; para eso estamos nosotros ahí. Creo que el acuerdo está muy bien hecho, cosa diferente es que si yo partiera de cero lo hiciera.
P. Cinco de los ediles firmantes del pacto tienen una querella de la Fiscalía Anticorrupción por el presunto desvío de 91 millones.
R. Sí, es cierto, una querella contra todos los que han sido concejales del GIL en estos 12 años. El que tenga causas con la justicia tendrá que rendir cuentas. Lo que sí garantizo es que no volverán a ocurrir este tipo de cosas.
P. Su partido sospecha que se ha comprado su voluntad.
R. Sólo me llevo bastantes disgustos. A quien en lugar de estar contribuyendo a resolver el grave problema que tenemos a lo único que se dedica es a injuriar y calumniar debería darle vergüenza. P. Las medidas disciplinarias no le harán recapacitar.
R. Creo profundamente que mi partido es democrático. Toda esta reacción brutal ha sido manipulada, y confío en la capacidad de regeneración interna y que un día me concederán derecho a la audiencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de agosto de 2003