El alcalde de Marbella, más conocido por su relación con la tonadillera Isabel Pantoja que por su labor en los gobiernos municipales, dispone de pocas fuerzas para hacer frente a la oposición de sus antiguos compañeros de su partido, el GIL. De hecho, tiene asegurada la fidelidad de su sobrino, del sobrino de un ex edil gilista, del hermano de su secretario, del ama de una casa muy vinculada laboralmente al GIL y de un administrativo municipal. El último de sus concejales, Rafael González, no es que esté con él, sino que no quiere estar ni contra el alcalde ni contra su antecesor, por lo que se abstendrá en la moción de censura. Con estos mimbres ha tenido que elaborar un equipo provisional donde el que menos ocupa más de cuatro delegaciones municipales. Y por si fuera poco, Julián Muñoz tiene que defenderse, además de en la arena política, en los tribunales.
María Luisa Alcalá, hasta su incorporación en el GIL en el año 1991, era ama de casa. "Soy de Marbella y mi familia es de Marbella" dice con orgullo. Tiene tres hijos, alguno colocado en el Ayuntamiento. Está casada con un antiguo chófer de Jesús Gil. Desde que se estrena como concejal, en el año 1991, se encarga de la delegación de Servicios Sociales. En 1992 asume la tenencia de alcaldía de Las Chapas. Ha sido también delegada de Hacienda. En la actualidad se ocupa de Servicios Sociales, Mujer y Familia, Sanidad y Consumo, y de la tenencia de alcaldía de Las Chapas. "Soy fiel a las personas que confían en mí", señala Alcalá, que muestra su respaldo incondicional a Julián Muñoz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de agosto de 2003