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VIOLENCIA EN ORIENTE PRÓXIMO

Sharon amenaza con represalias si Abu Mazen no actúa contra los terroristas

El primer ministro palestino ordena detenciones de activistas de Hamás y la Yihad Islámica

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, mantuvo ayer varias reuniones con altos mandos del Ejército y miembros de su Gobierno para diseñar la estrategia a seguir después del último atentado suicida, que se cobró 20 vidas. Según la oficina del primer ministro, éste pretende dar una oportunidad a su homólogo palestino, Abu Mazen, para que actúe de inmediato contra sus responsables. Abu Mazen ordenó medidas represivas y detenciones contra Hamás y la Yihad Islámica. Pero mientras tanto, Sharon comenzaba a preparar una operación militar que llevaría a la práctica si la Autoridad Palestina no cumplía con el desmantelamiento de la infraestructura terrorista en los territorios que controla.

Una quincena de tanques del Ejército israelí salían anoche de su base militar al norte de Ramalá, en Cisjordania, y se dirigieron a la ruta principal que rodea la ciudad, según indicaron fuentes de seguridad palestinas. En Tulkarem, norte de Cisjordania, un adolescente palestino moría anoche en un tiroteo entre fuerzas del Ejército israealí y palestinos armados.

El primer ministro palestino aseguraba anoche que renunciaría a su cargo con un número indeterminado de sus ministros más allegados si el presidente Yaser Arafat y la OLP no aceptaban las medidas que había decidido contra Hamás y la Yihad Islámica, informa Efe. Abu Mazen pidió anoche al presidente Arafat y al Consejo Central de la OLP, reunido en Ramala, que ratificasen una orden de arresto contra un número indeterminado de activistas de Hamás y la Yihad Islámica en reacción al atentado suicida.

La lista, que incluye un número indeterminado de militantes de las dos organizaciones islámicas que reivindicaron el sangriento atentado, fue elaborada por el Gobierno de la ANP en una reunión de "emergencia" que celebró anoche en la ciudad de Gaza, según una fuente gubernamental. Abu Mazen presentó personalmente la lista a Arafat, para que la ratificase y los cuerpos de seguridad que están bajo su mando ayuden en las detenciones.

Cuando parecía que el Gobierno israelí y la Autoridad Palestina retomaban la senda de las negociaciones y que la tregua del 29 de junio podría incluso ser prolongada hasta finales de año, el atentado suicida volvió a poner las cosas igual que estaban. La retirada de las ciudades de Qalquilia y Jericó volvió a quedar aplazada sine die. Y Sharon convocó dos reuniones al máximo nivel para consensuar la estrategia a seguir, tanto en el caso de que finalmente la Autoridad Palestina actúe policialmente contra los grupos terroristas en aquellos territorios bajo su jurisdicción, como en el caso de que no lo haga.

Después de entrevistarse a primera hora de la mañana con la cúpula del Ejército y de los servicios de seguridad, Sharon se reunió con varios ministros para exponer sus conclusiones. Según explicaron fuentes de su oficina, Sharon optó por conceder una última oportunidad a Abu Mazen para que lanzase una campaña contra los extremistas. En el caso de que el primer ministro palestino no intervenga de forma rápida y decidida, el Ejército volverá a efectuar operaciones preventivas y de castigo, tal como venía haciendo hasta la proclamación de la tregua, vacía ya de cualquier contenido.

Como medida en parte punitiva y en parte preventiva, el Ejército cerró ayer los accesos a los territorios autónomos y estableció controles en las carreteras de Cisjordania, lo que hizo que miles de palestinos se quedaran en sus casas o retenidos durante horas. La falta de cumplimiento de la tregua ha hecho que Abu Mazen corra el peligro de colocarse en una situación similar a la que tuvo el cada vez más marginado presidente Yasir Arafat en fases anteriores de la Intifada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de agosto de 2003