Como cada agosto, las calles del emblemático barrio londinense de Notting Hill acogen la fiesta del color: el carnaval de inspiración afrocaribeña que surgió en 1964. Desde ayer circulan por el barrio alrededor de un millón de personas, reunidas bajo el lema: Paz en las calles. Los niños han sido los protagonistas de la primera jornada pintando su cara y vistiéndose con disfraces para el desfile callejero más grande de Europa. Sin embargo, no todo es color: 10.000 policías patrullan para evitar los problemas de años anteriores y días antes de que arrancase la fiesta, se detuvieron a 20 personas y otras 80 recibieron notificaciones policiales para advertirles que "era mejor que se quedasen en casa".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de agosto de 2003