Pasó la noche vomitando, con mareos, con dolor de cabeza. Y se asustó. Los médicos que le atendieron el sábado durante varias horas en el hospital San Francisco de Lisboa le habían avisado de que tendría esos síntomas. Pero él se empeñó en correr. Porque iba a arrancar por delante de todos y porque está convencido de que, además de carreras, puede ganar el Mundial.
Toni Elías pasó de la mesa de observaciones de la clínica a lo más alto del podio en 24 horas. El sábado por la mañana sufría un brutal accidente, lo que no impidió que el domingo se diera un paseo militar al frente del pelotón de los 250cc, carrera que ganó con mareos y con la gorra.
El suceso tuvo lugar en los entrenamientos libres del sábado. Varios pilotos circulaban a un ritmo lento y, de repente, Elías fue embestido por el finlandés Mika Kallio, que llegaba a tod velocidad por causas que se desconocen. En la caída, el piloto español se golpeó contra la rueda trasera de su propia moto, y se quedó aturdido.
Tras una primera cura, en la que le propinaron dos puntos de sutura en la mandíbula, contra la que se había golpeado con el casco, Elías fue trasladado al hospital. Allí se le hizo un exhaustivo reconocimiento médico que descartó cualquier lesión grave. El tiempo que Elías había conseguido el viernes, en los primeros entrenamientos oficiales, no fue superado por nadie, con lo que conservó la pole position.
El primero salió el catalán ayer y el primero se mantuvo hasta la tercera vuelta con enorme suficiencia. Entonces miró para atrás sorprendentemente, redujo el ritmo y fue rebasado con facilidad por el argentino Sebastian Porto y el francés Randy de Puniet, que aprovecharon el regalo. Dio la impresión de que Elías había tenido algún problema con el cambio de marchas. Pero las dudas duraron un suspiro, lo que tardó Elías en volverse a hacer con la máquina. El de Manresa cogió de nuevo la cabeza en la quinta vuelta y ya no la soltó hasta que se subió al podio.
Y no sólo eso. Perseguido por lo más granado de la categoría, con la excepción de un Fonsi Nieto que siempre anduvo perdido en los puestos traseros, Elías se escapó como y cuando quiso. Fue acumulando segundos de diferencia: 2,3 en la 16ª vuelta, 3,4 en la 18ª, 4,9 en la 19ª... No había conflicto alguno en la cabeza de la carrera, con Elías volando en busca de su tercer triunfo de la temporada y, por encima de todo, con la vista puesta en la clasificación general, en la que se ha colocado en la segunda posición, a sólo 14 puntos del líder, el sanmarinés Manuel Poggiali. Pudo irle aún mejor al español si Poggiali no se beneficia de un incidente entre Porto y Rolfo -en la última vuelta, el argentino tocó por detrás al italiano al entrar colado en una curva- para ser segundo.
"Me duele la cabeza y tengo un mareo magnífico, pero estoy contento", señaló Elías después de un carrerón en el que la segunda parte fue, sencillamente, una demostración de poderío. Nadie le discutió el triunfo ni por un instante. Lejos, muy lejos de Elías llegó a la meta Fonsi Nieto, en el noveno puesto, a quien, según sus declaraciones, le está fallando la moto en el momento decisivo de la temporada, cuando los cinco primeros de la general están incrustados en un abanico de 22 puntos. Y hoy por hoy, el más fuerte de todos, con mareos, vómitos y dolores de cabeza incluidos, se llama Toni Elías.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de septiembre de 2003