En septiembre del pasado año se celebró el centenario de Luis Cernuda (1902-1963), considerado uno de los más influyentes y sensibles poetas de la generación del 27, sin duda una de las más brillantes de la historia de la literatura española. Alumno en la Universidad de Sevilla de Pedro Salinas, su primer poemario, Perfil del aire, ve la luz en la revista Litoral, dirigida entonces por Emilio Prados. Seis años más tarde, su compañero de generación Manuel Altolaguirre publicaría su primera antología, La invitación a la poesía. En 1936 se publica La realidad y el deseo, una recopilación de su obra poética, incluida la que había permanecido inédita hasta la fecha. Fue su definitiva consagración como una de las voces literarias más importantes, con apasionados elogios de Pedro Salinas y Federico García Lorca, entre otros. Exiliado a consecuencia de la Guerra Civil, vivió en el Reino Unido, Estados Unidos y México, en cuya capital moriría en 1963. En 1942 publica su texto en prosa Ocnos, libro que podrá adquirir mañana, domingo, por un euro al comprar un ejemplar del diario EL PAÍS. En él se recoge con una extraordinaria sensibilidad la evocación de su infancia y juventud en su Sevilla natal.
Obra en desarrollo
Luis Cernuda hizo crecer Ocnos con el tiempo. El libro comenzó a gestarse en Londres, cuando el poeta asume que se encuentra en el exilio y que no volverá a España. Será, sin embargo, en Glasgow, ciudad fabril y gris tan opuesta a la Sevilla que Cernuda añora en las prosas poéticas de Ocnos, donde la obra recibirá su mayor impulso durante el año 1941.
La primera tirada, publicada por la editorial londinense The Dolphin en 1942, incluye 31 poemas. El 15 de diciembre, Cernuda escribe a su amigo Martínez Nadal: "Para mí es casi un alivio ver esas páginas publicadas: son, o pretenden ser, un rescate de mi vida ".
En 1949, Ínsula publica una segunda edición, aumentada y revisada, del libro. Las circunstancias que vive el poeta son otras. Reside en Massachusetts y, tras más de una década de desarraigo, se reencuentra con la lengua y la cultura hispánicas en un viaje a México.
En 1963, meses antes de fallecer, Cernuda termina de revisar nuevamente la obra, que conocerá tras su muerte una tercera edición en la que se incluyen 63 poemas.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de octubre de 2003