Hasta anoche no había salido la portería de Casillas indemne de un partido de Liga. Se trata de una circunstancia a la que nadie en el equipo parecía conceder demasiada relevancia, ocultada como estaba por otros debates como el doble pivote, el puesto de Beckham o la fragilidad lejos del Bernabéu. Por eso tiene su significado que haya sido un defensa quien saliera con el dato, para reivindicar la consistencia de la zaga blanca. Se trata de Pavón, que vivió una noche apacible ante el tosco ataque del Celta. "Es relevante, porque significa que cada vez ajustamos más la defensa y somos un equipo más equilibrado", resumió el central
Fue Pavón el único jugador del Madrid que reparó en esa primera jornada en blanco. El resto de la expedición del equipo, su entrenador incluido, prefirió refugiarse en la progresión del juego del Real, sin otorgar demasiada importancia al largo rato que el Madrid pareció fuera del partido, cuando al Celta le dio un inesperado ataque de ímpetu. "Hemos jugado muy bien", resumió Carlos Queiroz, quien puso un énfasis especial en defender la determinación de su equipo, considerada una de sus debilidades.
"Hemos jugado muy concentrados desde el primer minuto, con animosidad, muy motivados. Hemos hecho un buen partido ante un buen equipo", apuntó el entrenador portugués. Para él, Balaídos fue anoche un laboratorio, del que salió con buenas sensaciones sobre el funcionamiento de la pareja formada por Beckham y Helguera. Especialmente elogioso fue con el inglés, un jugador del que destacó que evoluciona en cada partido. "Está aprendiendo mucho; cada vez sus decisiones son más inteligentes y positivas para el equipo".
En el Madrid, el que ayer tiró del equipo fue Zidane, un futbolista que burló la persecución del correoso centro del campo céltico con una facilidad insultante. El francés también paseó el mismo tono didáctico que su entrenador por los vestuarios de Balaídos. "Seguimos aprendiendo cosas cada jornada. Ahora nos empieza a costar menos sacar los partidos fuera de casa", aseguró. A su juicio, el de anoche fue "el mejor partido lejos del Bernabéu que ha jugado el Madrid esta temporada y sin bajar la tensión en los 90 minutos", subrayó. Las claves, según el centrocampista, consistieron en "jugar muy juntos, sobre todo en defensa".
Del tono autocomplaciente del Madrid sólo parecieron apearse David Beckham y Roberto Carlos; los únicos que reconocieron la "comodidad" del partido. "No hemos tenido mayores complicaciones", confesó el inglés. Por ahí se lanzó también el lateral brasileño: "Hemos vivido un partido de bastante tranquilidad, gracias sobre todo a la seguridad de nuestra defensa. Si seguimos defendiendo así, pocos goles nos van a marcar".
La escasa oposición del Celta fue un detalle sobre el que pasaron de puntillas la mayor parte de los futbolistas de Queiroz. El propio entrenador definió a su rival como a un gran equipo, y fue Casillas el único que reparó en tamañas facilidades. Lo explicó con una claridad extraña entre los futbolistas: "El Celta me parece un equipo cansado, se le nota mucho el esfuerzo que está haciendo, jugando partidos cada 15 días en una competición tan exigente como la Liga de Campeones. Se nota, porque es un gran equipo y no lo ha podido demostrar".
El entrenador del Celta, Miguel Ángel Lotina, no buscó excusas. Si acaso, la incontestable superioridad rival. "¿Qué podíamos hacer? El balón era de ellos, han jugado un gran partido, han gozado de las mejores ocasiones, han jugado con una facilidad pasmosa... Contra eso no hemos podido hacer nada", reconoció con resignación. La única alternativa que se le ocurre la tiene reservada para el Bernabéu, donde, como reconoció entre risas, el Celta "sacará el autobús", pero añadió: "Ojo, que es broma", se despidió de los periodistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de octubre de 2003