El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, propuso ayer una "zona de seguridad" en el Mediterráneo occidental custodiada por España, Italia y Francia, a la que deberían incorporarse Marruecos, Argelia y Túnez, los países de los que salen la mayoría de los emigrantes sin papeles hacia la frontera sur de la UE.
El PSOE quiere que los españoles que se vean obligados a trabajar en situación de guerra disfruten de una protección especial. Militares, funcionarios, cooperantes, periodistas o religiosos, por ejemplo, quedarían bajo el paraguas de un Estatuto de Protección, con indemnizaciones y pensiones extraordinarias, un régimen similar al de las víctimas del terrorismo.
LYDIA GARRIDO / MIGUEL GONZÁLEZ | Valencia / Madrid
Una cámara recuperada entre los restos del avión proporciona las últimas fotos de los 62 militares muertos en el accidente de Turquía
ELECCIONES EN MADRID
"¿Y usted, qué?". Tres veces repitió ayer José María Aznar, presidente del Gobierno, esa bravata contra el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.
El ex presidente del Gobierno Felipe González acusó ayer al PP de "redistribuir la riqueza en favor de los que más tienen" y no para el interés general. González criticó la propuesta de Esperanza Aguirre de suprimir el impuesto de sucesiones.
Los reyes Juan Carlos y Sofía iniciaron anoche en Damasco una insólita visita de Estado, ya que no hay precedentes de que el país que los acoge, Siria, sea a la vez fronterizo con el punto internacional más caliente, Irak, y haya sido atacado hace dos semanas por un país limítrofe, Israel, bajo la acusación de colaborar con el terrorismo.
Los tres son culpables. El jurado encargado de juzgar el crimen del Maremàgnum declaró ayer culpables de homicidio a dos porteros y un vigilante jurado por matar al ecuatoriano Wilson Pacheco, a quien propinaron una paliza y arrojaron a las aguas del puerto de Barcelona tras impedirle la entrada a un bar de copas.
El lento goteo de chapapote sobre las playas gallegas y cantábricas no cesa, y a veces incluso aumenta. La alarma saltó en verano, cuando los arenales estaban llenos de gente.
La alianza que el PSOE y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) han mantenido en Galicia durante la última década se encuentra al borde de la ruptura. La crisis estalló en Vigo, la primera ciudad de Galicia, donde el alcalde, Ventura Pérez Mariño -independiente en las listas del PSOE-, expulsó del gobierno municipal a los concejales nacionalistas, y ha tenido una respuesta fulminante.