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ELECCIONES EN MADRID

IU confía en que sus votantes superarán este "tercer grado"

La mayoría social en la Comunidad de Madrid es de izquierdas. Izquierda Unida (IU) está convencida de ello porque, recalca, así lo demostraron las movilizaciones: desde la huelga general del 20-J hasta las protestas contra el ataque militar a Irak. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, pidió ayer en el último acto electoral antes del cierre de campaña el voto para la federación para que "no se rompa ese hilo conductor" entre la sociedad y las instituciones. Porque, añadió, lo contrario, la victoria del PP, sería una "perversión" de la democracia. El PSOE e IU lograron en mayo un diputado más que el PP al superarle por unos 28.000 votos.

IU considera estos comicios como una segunda vuelta de los de mayo, en la que se somete a un "tercer grado" a los votantes. Pero confía en la solidez de la gente de izquierdas, que no puede permitir, dicen los dirigentes, que el PP "les robe las elecciones". "La izquierda puede y debe obtener de nuevo la mayoría [en las urnas]", aseguró Llamazares, porque sólo así se puede "garantizar un cambio a fondo" en la región.

Llamazares arremetió contra la gestión del PP en sus ocho años al frente del Gobierno regional: "Su modelo es una economía especulativa basada en la construcción de vivienda privada, el empleo precario, escasos derechos sociales y escaso medio ambiente". IU se presenta como la otra cara de la moneda porque ofrece "paz, empleo de calidad y defensa del medio ambiente".

Llamazares alertó sobre el riesgo de que la política, también la española, se "americanice"; a su juicio, sólo el apoyo en las urnas a la izquierda logrará que fracase esa estrategia que pretende "dominar el mundo en base a los intereses de unos pocos".

Fin del enfrentamiento

Por la noche, pese a los malos augurios de las encuestas, IU consiguió organizar un acto multitudinario en el Invernadero de Arganzuela, en el que, rebosante de optimismo, Llamazares sostuvo que "a la derecha no le llega la camisa al cuello" por el miedo a perder. Por la mañana, Llamazares se había reunido con CC OO. El escenario tenía una enorme carga simbólica. IU y Comisiones escenificaban el fin del enfrentamiento al que les llevó la renovación del Consejo de Administración de Caja Madrid.

La pelea se llevó por delante también el buen clima reinante hasta entonces entre el PSOE e IU. De hecho, los dirigentes de la federación de izquierdas empezaron la campaña atacando a los socialistas por su "debilidad" al enfrentarse al caso Tamayo. IU se presentaba como el "voto seguro" frente a quien tuvo dos tránsfugas en sus filas. Con el paso de los días, los reproches casi han desaparecido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de octubre de 2003