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Washington ha perdido ya más soldados en la posguerra de Irak que durante el conflicto

Cruz Roja y Médicos sin Fronteras reducen su personal por el aumento de la inseguridad

EE UU tiene ya más muertos en la posguerra que los que tuvo en las operaciones militares entre el 19 de marzo y el 30 de abril. Después de los dos soldados fallecidos ayer al norte de Bagdad, el número de bajas de estos seis meses ha pasado a 116, frente a los 115 soldados muertos en acciones de combate en la guerra. Sólo en la última semana, según fuentes militares estadounidenses, ha habido 233 ataques en Irak. Otra muestra del aumento de la inseguridad es que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha decidido reducir su presencia en Irak.

Las estadísticas de bajas subrayan, por si hacía falta, la complejidad de la situación en Irak, y vienen precedidas de la valoración autocrítica del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en cuanto a los instrumentos de combate para luchar contra el terrorismo y de la intervención de George W. Bush del martes. El presidente repitió varias veces que "Irak es un lugar peligroso" a pesar de los avances en la pacificación y reconstrucción y descartó por el momento el envío de más tropas.

El tercer día del Ramadán transcurrió con ataques en Tikrit, Mosul y Bagdad. El mando norteamericano no informa de los 30 incidentes diarios de media (frente a los 20 de agosto). Sólo ofrece comunicados escuetos cuando hay bajas. Ayer, dos miembros de la 4ª División de Infantería perdieron la vida y un tercero resultó herido cuando un artefacto accionado por control remoto explotó al paso de su carro de combate. Sucedió cerca de Balad, 75 kilómetros al noreste de la capital.

Todo lo que haga Bush será bueno para contrarrestar el deterioro de su imagen. Según la comparación de sondeos entre marzo y octubre hechos por Gallup para la CNN y USA Today, solamente un 52% de estadounidenses cree ahora que la guerra merecía la pena, frente al 71% de la primavera. Y el 15% que no confiaba en abril en el presidente ha crecido ahora hasta el 40%.

Además de las estadísticas, el Proyecto de Defensa Alternativa (PDA), un centro de análisis basado en Boston, ha dado a conocer sus cálculos sobre las víctimas de la guerra de Irak. Según sus datos, entre el 19 de marzo y el 1 de mayo, cuando Bush dio por finalizadas las operaciones de combate, murieron 201 soldados de la coalición, entre bajas en combate, fuego propio y accidentes. En cuanto a los iraquíes, se da la cifra de 13.000, dividida entre 9.200 combatientes (soldados y civiles que lucharon en el conflicto) y 3.750 civiles no combatientes.

Reducción de plantillas

Los planes estadounidenses de vender una mejoría de la situación recibieron otro golpe. El CICR y la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) anunciaron ayer la reducción de sus plantillas de expatriados en Irak. El martes, el secretario de Estado, Colin Powell, les pidió permanecer para no dar una victoria al terrorismo. Pero el atentado del lunes contra la sede del CICR en Bagdad, en el que murieron 12 personas, y la ausencia de seguridad no les deja otra opción. Otras organizaciones ya habían recortado su presencia tras el atentado contra la ONU en agosto.

El director de operaciones del CICR, Pierre Kraehenbueh, confirmó ayer desde Ginebra lo adelantado por su portavoz en Bagdad. "No nos retiramos de Irak. Estamos reduciendo el número de trabajadores extranjeros y mejorando las medidas de seguridad", dijo Kraehenbueh. No hay datos de cuántos de los 30 extranjeros del CICR saldrán del país. MSF recortará de siete a cuatro.

En Bagdad hay miedo. Se ven menos automóviles circulando por la calle. La guerra psicológica comienza a hacer efecto entre una población cansada. Hay amenazas de atentados a centros escolares, como el de Al Kumayt, cuando ayer dos personas con acento extranjero recomendaron a los alumnos no regresar a clase. También hay amenazas a los intérpretes que trabajan con EE UU, a los policías y a los hoteles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2003