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FÚTBOL | Décima jornada de Liga

Hospitalizado un hincha del Athletic tras una pelea en Vallecas

Una pelea entre seguidores del Athletic de Bilbao en un bar de Vallecas acabó con la cabeza de Gorka C. G., de 25 años, cubierta de sangre y abierta por un violento botellazo que le propinó otro hincha. El aficionado, inconsciente, fue entubado por efectivos del Samur y trasladado al hospital Gregorio Marañón, donde permanecía anoche ingresado. Sufre traumatismo craneoencefálico severro. Su estado es reservado.

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Un grupo de aficionados del club vizcaíno aprovechó su viaje a Madrid para, también, ver el encuentro de Segunda División entre el Rayo y el Eibar. Antes del comienzo del choque, sobre las cuatro y media de la tarde en el bar Lieja de la calle Cerro Garabitas, del distrito de Vallecas, y cercano al estadio Teresa Rivero, los hinchas empezaron a pelearse entre ellos por causas desconocidas. A consecuencia de la violenta riña, G. C. G. fue alcanzado por una botella en la cabeza.

Hace unas semanas falleció un seguidor del Deportivo, Manuel Ríos, después de ser agredido por un aficionado de su mismo equipo.

El Madrid, por medio de su presidente, Florentino Pérez, se ha interesado por la evolución del seguidor del Athletic, que a última hora de la noche, según fuentes hospitalarias, era satisfactoria dentro de la gravedad.

Tranquilidad en Chamartín

El incidente de Vallecas, a escasos kilómetros en línea recta del estadio del Madrid, contrastó con la aparente tranquilidad del ambiente en las cercanías del Santiago Bernabéu. El encuentro entre bilbaínos y madridistas, igual que el que disputaron el pasado jueves el Atlético y la Real Sociedad, fue considerado por la Delegación del Gobierno de alto riesgo. Un altísimo número de furgones policiales se apostó en las entradas de las estrechas calles donde se refugian los hinchas más fanáticos del club blanco, y la clásica estampa de los agentes montados a caballo, con los cascos resonando, ocupó casi todo el lateral de la Castellana que linda con el estadio y la calle de Concha Espina. Los autobuses que trasladaron hasta Chamartín a los dos equipos fueron escoltados por un gran número de efectivos policiales y no se registró, en ese momento, ningún incidente.

Por las avenidas cercanas al estadio, y como viene siendo habitual en este tipo de enfrentamientos, se vio un mayor número de banderas de España de lo habitual, algunas con el escudo del Madrid en su interior y otras con un toro negro en el centro de la enseña.

Sin embargo, el ambiente fue tranquilo. Hasta el punto, de que grupos de aficionados se fotografiaban con los policías nacionales y sus caballos.

El Samur tuvo que intervenir en un par de ocasiones por intoxicaciones etílicas. Los pocos seguidores del Athletic llegaron fuertemente escoltados y no se mezclaron en ningún momento con el resto del público.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2003