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LA POSGUERRA DE IRAK

Liberado el periodista portugués secuestrado cerca de Basora

Carlos Raleiras, de 33 años, fue abandonado en una carretera

El periodista portugués Carlos Raleiras, de 33 años, fue liberado ayer en el desierto del sur iraquí tras más de 30 horas de secuestro. Fue el propio enviado especial a Irak de la emisora lusa TSF quien llamó a sus jefes en Lisboa para comunicar el fin de su cautiverio. "Estoy bien. No me han tratado mal: me han dado agua y galletas. Podría haber sido mucho peor", dijo.

El periodista contó que estuvo casi siempre con los ojos vendados durante el secuestro. Que unos nueve hombres le custodiaron y le cambiaron varias veces de casa para evitar ser localizado por los militares británicos que intentaban rescatarlo. Hasta que, en la mañana de ayer, le pusieron dentro del maletero de un coche y le liberaron, a las 18.00 (hora peninsular española), cerca de la carretera que une Kuwait con Basora y a pocos kilómetros de la frontera. Raleiras caminó durante unos 20 minutos hasta encontrar una casa iraquí donde pidió ayuda y le dejaron llamar por teléfono a Portugal.

Ni el periodista, ni los directivos de TSF ni el Gobierno portugués quisieron comentar las circunstancias de la liberación de Raleiras. Se sabe que los militares británicos en el terreno pidieron "discreción" a las autoridades lusas para facilitar las negociaciones con los secuestradores, que pedían 50.000 dólares (unos 42.500 euros) para liberar a Raleiras. "No voy a comentar nada sobre eso . Todo se hizo siguiendo las reglas esenciales, en contacto con nuestro amigos británicos", dijo ayer José Manuel Durão Barroso, primer ministro portugués.

Carlos Raleiras, un reportero que ha cubierto los conflictos bélicos de Bosnia y Angola, fue secuestrado en la mañana del viernes, a pocos kilómetros de la frontera de Irak con Kuwait. Raleiras viajaba en un convoy de tres vehículos todoterreno que ocupaban nueve periodistas portugueses. Venían de Kuwait y su destino era Basora, donde horas antes había llegado un contingente de 128 policías portugueses.

Los periodistas entraron en Irak sin escolta militar. Habían acompañado a los agentes lusos hasta Kuwait, pero las autoridades portuguesas y las tropas británicas, responsables de la seguridad en el sur iraquí, les dijeron que no podrían seguir con el convoy militar, debido al aumento de violencia en la zona, y les aconsejaron volver a Lisboa. Aun así, decidieron arriesgarse y proseguir su viaje.

Siete minutos después de cruzar la frontera, el convoy fue atacado por un grupo armado. Dos de los coches lograron escapar, pero el todoterreno donde se desplazaba Raleiras y el equipo de reporteros de la cadena de televisión SIC fue atrapado entre dos coches y atacado con disparos de fusil. La periodista de SIC, Maria João Ruela, fue alcanzada por un disparo en una pierna y fue intervenida quirúrgicamente en un hospital militar británico. La reportera volverá hoy a Portugal. Raleiras dijo que seguirá en Irak.

Todavía se desconocen los detalles, pero el secuestro de Raleiras no parece haber tenido motivaciones políticas. Eso sí, confirma la peligrosidad creciente del sur de Irak.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de noviembre de 2003