El viceprimer ministro israelí y jefe de Gobierno en funciones, Ehud Olmert, lanzó ayer un ataque inesperado contra el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, por su intención de entrevistarse próximamente con los padres de los Acuerdos de Ginebra, Yosi Beilin y Yaser Abed Rabbo. El secretario de Estado reaccionó con inusitada claridad. "No sé por qué yo o cualquier representante del Gobierno estadounidense debería abstenerse de la oportunidad de escuchar lo que tengan que decir otros que están comprometidos con el proceso de paz y que tienen ideas", dijo ayer en Túnez.
El conflicto político surgido meses atrás entre Estados Unidos e Israel, como consecuencia de la construcción del muro y la negativa a congelar la edificación de los asentamientos, amenaza con agravarse como consecuencia de la diferente percepción que los dos países tienen del documento de pacificación presentado el lunes en Suiza. "Powell está cometiendo un error. Pienso que no está siendo útil al proceso. Éste es un paso incorrecto de un alto representante de la Administración estadounidense. Estoy seguro de su amistad. Pero dudo de su juicio en este asunto", declaró ayer Olmert en calidad de primer ministro en funciones, debido a la enfermedad que mantiene apartado desde hace dos días del Gobierno a Ariel Sharon.
El primer ministro israelí había lanzado ya días atrás una crítica, aunque más velada, hacia el apoyo estadounidense a los Acuerdos de Ginebra, al señalar que esta propuesta de pacificación suponía un apoyo al terrorismo, al tiempo que reclamaba la vigencia de la Hoja de Ruta.
Las palabras del ex alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, considerado como uno de los barones más radicales y a la vez más influyentes del partido nacionalista Likud, fueron inmediatamente contestadas por el propio Colin Powell, desde Túnez, la primera etapa de un viaje que el secretario de Estado está efectuando por los países del Magreb.
"Soy el secretario de Estado de EE UU. Tengo la obligación de escuchar a las personas que tienen ideas interesantes. De ninguna manera esto socava nuestro sólido apoyo a Israel", añadió Powell, que insistió en que su interés por los Acuerdos de Ginebra no debería verse como una interferencia con la iniciativa respaldada por Washington, informa José Manuel Calvo. "No renunciamos a nuestro compromiso con la Hoja de Ruta [la iniciativa de paz, ahora bloqueada, de EE UU, la ONU, Rusia y la Unión Europea] y confiamos en que a corto plazo se den las condiciones que permitan la reanudación de los avances realizados", dijo el secretario de Estado, quien reiteró por la noche en Marrakech, segunda etapa de su recorrido magrebí, su intención de encontrarse con los promotores de la iniciativa, probablemente el viernes.
Colin Powell no confirmó ni desmintió una posible entrevista con el israelí Yosi Beilin y el palestino Yasir Abed Rabbo, los firmantes del Acuerdo de Ginebra, que tienen previsto estar mañana en Nueva York e intervenir en un acto organizado por el Consejo de Relaciones Exteriores. El lunes, el portavoz del Departamento de Estado dijo que sería lógico que los dos tuvieran algún tipo de encuentro con responsables del Gobierno y dejó abierta la posibilidad de que el propio Colin Powell hablara con Beilin y Rabbo.
Powell había manifestado ya semanas atrás su simpatía y apoyo a los Acuerdos de Ginebra en una carta personal que envió a los promotores del documento. Pero ayer, por si su posición no quedaba suficientemente clara, Powell insistió en la defensa de la iniciativa de los pacifistas y aseguró que no se contradecía con el plan de paz estadounidense, la Hoja de Ruta.
El enfrentamiento verbal entre Powell y Olmert se produce en plena resaca de la cumbre de Ginebra y mientras los promotores del Acuerdo tratan de conseguir el apoyo y la implicación de Estados Unidos en el proyecto, contando para ello con la ayuda de Europa, pero sobre todo del Reino Unido y de su primer ministro, Tony Blair.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de diciembre de 2003