Hace unos meses, una impresionante película sobre aves, Nómadas del viento, nos advertía de que en el terreno del documental de naturaleza se puede llegar a cotas de espectacularidad, de sorpresa y de conocimiento elaboradas y sutiles. Le toca ahora el turno no al aire, sino al origen mismo de la vida: el universo líquido, los mares en toda su extensión. Y el resultado es un documental formalmente menos arriesgado que Nómadas del viento -no se atreve a dejar libres las imágenes, aquí encadenadas a una voz en off en la que sobran tópicos y grandilocuencia-, pero igualmente deslumbrante.
Rodado en todo el mundo durante cinco años, Deep Blue contiene algunas de las secuencias más abstractas, bellas e inesperadas que este cronista haya visto en años: por ejemplo, el universo de las profundidades donde viven organismos y peces que han prestado su apariencia y fealdad a tantos seres supuestamente imaginarios del cine de terror. Es una película de sugestiva belleza, segura recomendación para amantes del mar o, simplemente, para cualquier espectador sensible.
DEEP BLUE
Director: Alaister Fothergill y Andy Byatt. Documental de naturaleza, Gran Bretaña-Alemania, 2003. Duración: 90 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de diciembre de 2003