Construir una Europa de la Defensa no es fácil. Primero se trata de lograr el consenso de todos los socios de la UE, y luego, de tranquilizar a EE UU. "No es sencillo convencer a nuestros aliados [norteamericanos]", confesó ayer el italiano Silvio Berlusconi, presidente de turno, al congratularse por un laborioso acuerdo que permitirá a la UE planificar y realizar misiones militares autónomas de la OTAN cuando ésta no participe. El primer ministro británico, Tony Blair, estuvo hasta la noche del pasado miércoles colgado al teléfono para calmar al presidente de EE UU, George W. Bush.
"Es la confirmación de que la Europa de la Defensa se ha hecho una realidad y que está en nuestro interés disponer de medios militares organizados", afirmó ayer en Bruselas el presidente francés, Jacques Chirac. "Cuando sea útil y necesario realizaremos de modo coordinado y racional operaciones militares, pero manteniendo al mismo tiempo nuestros compromisos con la OTAN", explicó. "No hay contradicción con nuestro vínculo trasatlántico", remarcó.
Precisamente ayer, los 25 líderes de la Europa ampliada enfatizaron el carácter "insustituible" de las relaciones entre los dos grandes bloques mundiales y el deseo de mantener una "asociación constructiva, equilibrada y de amplias miras" con EE UU. Lo hicieron al bautizar públicamente la primera doctrina de seguridad estratégica de la UE, pergeñada por el equipo del Alto Representante, Javier Solana, que tiende a poner a Europa en un plano de equilibrio con EE UU en la solución de conflictos internacionales, pero en estrecha alianza, y apuesta por el multilateralismo. "Es bueno para nosotros y para la estabilidad mundial", según Solana, quien cree preferible recurrir a las "intervenciones preventivas" en sentido más diplomático que militar, a diferencia de la doctrina norteamericana.
Capacidades militares
Francia, Alemania y el Reino Unido han sido los artífices de este acuerdo de defensa. "Tiene un potencial muy grande si logramos hacerlo bien", opinaba anoche un diplomático. "No ha sido nada fácil convencer a nuestros amigos norteamericanos. Se ha elaborado con gran discreción. Se trata ahora de que crezca", comentaba otro. Para ello tendrán de entrada que poner en marcha los compromisos de incrementar sus capacidades militares. Sin embargo, queda bastante lejos de lo que inicialmente suscribieron Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo en abril pasado: el establecimiento de un cuartel general permanente en Tervuren, cerca de Bruselas, para coordinar y emprender misiones militares. El Pentágono lo consideró una provocación y acusó a los franceses de pretender minar la OTAN. "La guerra en Irak contaminó mucho el clima", confesó ayer Chirac.
La incorporación de los británicos en septiembre al proyecto desconcertó más si cabe a Washington. "Tony Blair hizo una magnífica labor de persuasión con EE UU hasta el final y consiguió tranquilizar a la Casa Blanca", opina un diplomático. Blair sugirió establecer una célula europea de planificación en el cuartel general de la OTAN en Mons (Bélgica) y que la Alianza colocara oficiales de enlace en una célula operativa que se establecerá dentro del Estado Mayor de la UE.
El Pentágono siempre ha sostenido que Europa "debe hablar menos y gastar más". Además, estima que Berlín Plus, el acuerdo que facilita a los europeos el acceso a los medios de planificación de la OTAN, permite satisfacer las ambiciones europeas de realizar por sí mismos misiones en el exterior.
Es un pequeño paso. Tal vez sea el embrión de un futuro cuartel general, y más a largo plazo, de un ejército europeo. Pero, de momento, la UE tendrá que hacer de segundo plato para disipar los recelos del gigante norteamericano. Queda claro que la primera opción para una operación militar seguirá siendo la OTAN; la segunda, Berlín Plus; la tercera, los cuarteles generales nacionales y la última, una misión preparada por esta minicélula aprobada ayer en Bruselas. ¿No hay peligro de que se añada más confusión y más burocracia? "En absoluto", contestó ayer en un almuerzo con periodistas el secretario general de la OTAN, George Robertson. "Aquí lo importante es que la UE es más fuerte, se evitan las duplicaciones innecesarias y sobre todo habrá mayor transparencia y más cooperación entre las dos instituciones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de diciembre de 2003