Pese a las estridencias que provoca el Real Madrid con su rutilante pasarela de estrellas, resulta que es el Valencia del científico Rafa Benítez quien ha cerrado medio curso en la cima de la Liga. Y lo ha hecho a lo grande, con unos números magníficos: ha sumado 43 puntos (el 75,4%) -récord histórico del club en una primera vuelta-. Menos estético que el Madrid, el Valencia ha sido un equipo más equilibrado. Ha marcado un gol menos que el conjunto de Queiroz pero éste ha encajado cinco más, lo que revela una excelente gestión de los recursos del entrenador valencianista, que dirige una plantilla mucho más ajustada que la de notables como el Madrid, el Depor y el Barça. Esta vez, el Valencia incluso ha tenido un goleador, Mista, que con diez goles, sólo cuatro menos que el supersónico Ronaldo, ha maquillado sus viejas penurias ofensivas. Atento a los pequeños detalles y con un examen microscópico de cada uno de sus jugadores, Benítez ha recuperado las señales que le dieron el título hace dos temporadas. Y con el mismo eje: Cañizares, Ayala, Albelda, Baraja y Aimar. Una línea perfumada con los goles de Mista.
El caso del Madrid es otro. Con más ruido mediático que juego, ha padecido más de la cuenta. Casillas y Ronaldo, de principio a fin, han sostenido a un equipo que en el Bernabéu ha temblado de lo lindo ante equipos como el Athletic, el Racing, el Albacete y el Murcia, por citar algunas de sus victorias más costosas. Sus tres derrotas dejan un dato inquietante para Queiroz: en todos los casos le faltó algún titular -Raúl y Helguera, en Valencia; Salgado y Roberto Carlos, en Sevilla; y Beckham, en San Sebastián-. La escasa producción de los suplentes pone en evidencia a un equipo que ahora debe afrontar el tramo más asfixiante de la temporada, cuando Europa ya no es una romería.
A rebufo del Valencia y el Madrid va el Depor, que ayer pinchó en Riazor ante el Racing. De nada le sirvió el zapatazo de Luque, su mejor futbolista hasta la fecha. Javi Guerrero, que recuperó la titularidad en el Racing, selló el empate con un gol fabuloso, de lo mejor de la jornada. Lo peor del domingo, la feísima plancha del uruguayo Pablo García (Osasuna) a Baptista (Sevilla), poco después de que el brasileño marcara su cuarto gol de la semana.
Con el empate de Osasuna, el Atlético cerró a lo grande su examen parcial. Torres e Ibagaza, sus chicos con más clase, se aliaron como nunca y descuartizaron al Athletic en una gran segunda parte, los mejores minutos del equipo de Manzano en toda la vuelta. A cuatro puntos de la Champions concluyó el Barça, aliviado con su balsámica victoria ante el Zaragoza y que hoy presentará al pitbull Davids.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de enero de 2004