El izquierdista presidente argentino, Néstor Kirchner, pidió al derechista Gobierno de EE UU que ayude a América Latina como lo hizo con Europa al término de la II Guerra Mundial, es decir con un nuevo Plan Marshall, que incluya el perdón o la reducción en las deudas externas regionales.
El problema de la servidumbre de su deuda, cerca de 88.000 millones de dólares con acreedores privados en el caso de Argentina, fue abordado por Kirchner en una reunión de 45 minutos con Bush. El gobernante suramericano, que hace tres días prometió derrotar por nocaut a Bush, fue ayer más conciliador. El encuentro fue calificado de cordial. "Somos un accionista más [de Argentina], pero usted se está ayudando a sí mismo", dijo Bush a Kirchner, según una versión del encuentro.
El presidente norteamericano, de acuerdo con fuentes de la delegación argentina, prometió "ayudar" a Buenos Aires en sus negociaciones con el FMI, aunque no se precisó en qué consistirá esa ayuda. La institucional multilateral cerró el pasado año un acuerdo crediticio por 12.500 millones de dólares con Argentina.
Bush insistió en la necesidad de que ese país convenza al mundo de que cumplirá los compromisos de pago adquiridos e instó a seguir aplicando los programas del FMI para sanear la economía argentina.
El mandatario latinoamericano reclamó más comprensión y facilidades en el cumplimiento de las deudas financieras y reiteró que no pagará lo comprometido con los organismos de crédito "de un modo que cierre las perspectivas de crecimiento económico, generando más pobreza".
Presión sobre el FMI
Kirchner se había reunido el lunes con el director gerente del organismo multilateral, Horst Kohler, para subrayarle que la decisión de reducir en un 75% el valor nominal de los tenedores privados de bonos "es inamovible". Sus titulares reclaman 65 centavos e intereses por cada dólar acumulado. Durante su intervención en el plenario de la cumbre, posterior a su entrevista con Bush, el presidente argentino dijo que "las condiciones se cumplen con esfuerzos límites y, sin embargo, se sufren nuevas demandas que parecen no querer ver la situación límite del país".
Argentina quiere que la Administración norteamericana influya sobre el FMI para lograr que la revisión de las metas fijadas se efectúen con más tiempo y no coincidiendo con los vencimientos.
El presidente argentino considera que si el FMI prestó 9.000 millones de dólares al ex presidente Fernando de la Rúa (1999-2001) Argentina debe recibir ahora "mucho más" porque, durante 2003, creció cerca de siete puntos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de enero de 2004