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Aznar pide a Bush que acelere el traspaso a la OTAN de la responsabilidad sobre Irak

"Nuestra amistad va mucho más allá que nuestros cargos", afirma el presidente de EE UU

José María Aznar es firme partidario de que la OTAN asuma la responsabilidad sobre la situación en Irak, paso que evitaría que España tenga que enviar más soldados para sustituir al mando polaco a partir de julio. Así se lo comunicó ayer al presidente de EE UU, George Bush, con la petición de que, pese a la resistencia de algunos aliados, acelere el proceso. Aznar confirmó que, tras dejar la presidencia del Gobierno, seguirá trabajando en las relaciones transatlánticas, cuyo estado actual valoró como bueno para España, para Europa y para el mundo.

Aznar habló anoche cerca de una hora con Bush, antes ser agasajado en la Casa Blanca con una cena que representó la despedida oficial de los dos líderes. El presidente de EE UU le recibió como a un "amigo mío, un hombre al que admiro en sobremanera" y se declaró al mismo tiempo "feliz y triste, porque ésta es la última vez que viene al Despacho Oval como líder de España". Bush, no obstante, aclaró que no será ésta la última vez que se vean, ya que espera recibir a Aznar como "miembro del club de ex presidentes". "Nuestra amistad va mucho más allá que nuestros cargos", añadió. Aznar le respondió: "Soy amigo del presidente Bush y lo voy a seguir siendo".

Participó en el ágape la plana mayor del Gobierno estadounidense, incluidos, además de Bush, la consejera nacional de Seguridad, Condoleezza Rice; el secretario de Estado, Colin Powell; el de Defensa, Donald Rumsfeld; el de Justicia, John Ashcroft, y el de Comercio, Donald Evans. Aznar acudió con su esposa, Ana Botella, y su séquito. Asistió también el arquitecto Santiago Calatrava, pero otros dos españoles, el cardiólogo Valentín Fuster y el tenor Plácido Domingo, se excusaron.

En total, unas 30 personas vestidas con traje oscuro ante las que Aznar habló informalmente sobre muchos temas, ya que se trataba de un encuentro abierto, pero también sobre los problemas que han caracterizado estos últimos años la intensa agenda bilateral de los dos países y que Aznar había abordado previamente en el Despacho Oval con Bush.

Antes, había adelantado en rueda de prensa que es partidario de que la OTAN tenga más responsabilidad en Irak. "Creo que sería un factor positivo. La presencia de la OTAN puede ser una garantía más en el proceso de estabilización política del país", dijo.

No había necesidad de convencer a Bush, que también busca transferir responsabilidades, especialmente cuando se aproximan las elecciones presidenciales. Tanto Powell como Rumsfeld propusieron esa opción durante los consejos de Exteriores y Defensa que la OTAN celebró el pasado diciembre, y, según informaron, ni Francia ni Alemania ni otros países que rechazaron la invasión de Irak se opusieron en principio.

Pero la decisión no está garantizada, entre otras cosas porque las tareas ya asumidas por la OTAN en Afganistán siguen encontrando serias dificultades, y Aznar teme que posibles querellas retrasen indefinidamente el despliegue aliado en Irak. De ahí que ayer propusiera que "el debate se abra y se cierre", a ser posible "positivamente, convergiendo una gran mayoría de miembros" de la Alianza. También se mostró abierto a la negociación de plazos y modalidades, y a la posibilidad de que la OTAN se haga cargo inicialmente de sólo una parte del territorio iraquí.

Para el Gobierno español, los plazos son importantes. El ministro de Defensa, Federico Trillo, ha comunicado ya a la OTAN la disposición española a sustituir en julio a Polonia en el mando de la región centro-sur, la más susceptible de caer inicialmente bajo responsabilidad de la Alianza, que ya desempeña en ella las tareas de apoyo que pidieron los polacos cuando asumieron el mando. Si ahora esa responsabilidad aliada se volviera plena, la parte española se evitaría el envío adicional de soldados que implicaría asumir la jefatura. Pero es poco probable que los países disidentes acepten que se tome una decisión antes de la próxima cumbre de la OTAN, en Estambul, a finales de junio. Aznar quiere que se acelere.

El presidente no se arrepiente, en cualquier caso, del apoyo a Bush en este tema. "No es cuestión de sumar pérdidas y ganancias, sino de responsabilidad", dijo, tras mostrarse orgulloso de "cerrar estos años de Gobierno con un avance muy significativo en las relaciones con EE UU, que sitúa a España en una posición que no se conocía hasta el momento, de la que pueden derivarse ventajas también para Europa". Luego añadiría que el buen entendimiento trasatlántico es bueno para la paz del mundo.

Tan satisfecho está Aznar con lo que ha hecho que, tras dejar el Gobierno, piensa seguir trabajando por potenciar las relaciones Europa-EE UU. Él mismo lo ha confirmado en Washington, aunque se negó a dar más detalles; por ejemplo, si espera contar para esa tarea con una nueva fundación o la desarrollará desde FAES, la fundación del PP, que prepara ya su desembarco al otro lado del Atlántico. Sólo desmintió los rumores de que irá a vivir en territorio estadounidense. "No tengo previsto ningún cambio de residencia; de país, quiero decir, porque de casa sí", aclaró.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de enero de 2004