El Madrid pasó un mal rato frente al Betis, pero sacó un empate por esas cosas que tiene Ronaldo en el área. Su soberbio regate a Contreras, y el gol correspondiente, produjo la perplejidad que se asocia a los genios. Pero el Madrid decepcionó en la primera parte. Remitió al incoherente equipo que fracasó frente a la Real Sociedad. Un vibrante Betis le arrasó antes y después del gol de Joaquín, protagonista indiscutible del encuentro. La reacción del Madrid en la segunda parte fue más meritoria que brillante. El tanto de Ronaldo tuvo la virtud de consagrar la recuperación de su equipo y su excepcional categoría de delantero.
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La cualidad que distingue al Deportivo es la consistencia. Han pasado diez temporadas desde su imprevista ascensión a la cima del fútbol español. Desde entonces, se han cambiado entrenadores y jugadores, han llegado títulos, se han generado las típicas expectativas de los grandes equipos. Algo se ha hecho bien en este club, tanto en el plano institucional como en el deportivo. Al presidente Lendoiro, al inolvidable Arsenio, al infravalorado Irureta les corresponde gran parte del mérito. Y también a dos futbolistas que representan el espíritu pionero del Depor, del equipo que surgió de la nada para instalarse año tras año entre los mejores de España. Uno es Fran, héroe sentimental de la hinchada; el otro es Mauro Silva, la consistencia en estado puro. Ellos son los últimos representantes de aquel equipo sorprendente, los encargados de ceder el testigo a las estrellas actuales, a Valerón, por ejemplo. Y también a Luque, cuya imparable progresión es una de las grandes noticias de la temporada.
Valerón y Luque encabezaron la brillante reacción del Depor frente al Zaragoza. Valerón tiró de repertorio y ofreció la clase de detalles que le convierten en un futbolista singular. Pero el hombre del partido fue Luque, imparable en la banda izquierda. No es su posición natural, pero poco importa. A su enorme potencia añade desborde, claridad en el pase, precisión y dureza en el remate. El Depor aprovechó a sus dos figuras actuales para imponerse 4-1 y recortar la distancia con el Valencia, poco inspirado el sábado en Valladolid (0-0).En la pugna por el cuarto puesto sólo el Atlético y el Villarreal juegan con la determinación necesaria. Al Atlético no le sobra fútbol. Frente al Sevilla ganó 2-1 con el optimismo de los equipos que atraviesan un periodo feliz, pero durante muchas fases pasó graves dificultades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2004