La telefonía móvil es uno de esos fenómenos fulgurantes de las tecnologías de la información y la comunicación en los que Andalucía ha tenido registros similares desde el principio a las medias española y comunitaria. En sólo cuatro años, los contratos y tarjetas prepago de telefonía móvil han pasado de significar el 30% de la población andaluza a superar el 80%, una cifra muy similar a la de la Unión Europea. Desde 2001, sin embargo, el crecimiento se ha desacelerado, a la espera de la anunciada revolución tecnológica de la telefonía UMTS, que se está haciendo de rogar. Estos móviles de tercera generación, que permitirán el envío de vídeos y la navegación rápida por Internet, saldrán al mercado este año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de febrero de 2004