Eva Belén Abad pasó los últimos nueve años de su vida repartiendo suerte en la administración de loterías de la estación de Chamartín. Había despachado miles de quinielas, bonolotos y primitivas a viajeros y trabajadores de la estación que ahora no la olvidan. En la puerta de la administración (en la imagen) ha surgido una alfombra de velas, poemas y flores en memoria de esta víctima del 11-M. Sonia, su compañera de trabajo, está impresionada por tantas muestras de apoyo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de marzo de 2004