Plácido Domingo y Elena Obraztsova / BERNARDO PÉREZ
ÓPERA
| 'La dama de picas'
Domingo juega sus cartas
JUAN ÁNGEL VELA DEL CAMPO
Había una gran expectación previa, como en las grandes noches de ópera. En primer lugar, por la presencia de Plácido Domingo, tenor muy querido en su ciudad natal, que simboliza en cierta manera la supervivencia del divismo a la antigua usanza, con todo lo que ello trae consigo.