"La influencia de un país en la Unión depende, en gran medida, de su capacidad para contar con aliados y formar alianzas. España, tras su ingreso en la UE y durante los Gobiernos socialistas, fue líder en el proceso de construcción europea. El Tratado de Maastricht, el euro, la ciudadanía europea o el Fondo de Cohesión, fueron buenos para España y posibles gracias a gobiernos que contaron con aliados sólidos, Alemania y Francia entre ellos. España recupera hoy, con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la capacidad de definir mayorías de progreso, de contar con aliados fuertes, de negociar, de influir. España vuelve a participar con fuerza en una mayoría para avanzar, que incluye Alemania y Francia. Con ellos y con otros volvemos a formar el motor de la construcción europea".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de junio de 2004