La pérdida de fuelle del sector turístico en Cataluña no es una novedad de esta temporada. Las cámaras de comercio catalanas cifran la caída de facturación del sector hotelero en 2003 en el 3,1%, frente a los "modestos incrementos" de los dos años anteriores. El grado de ocupación de los establecimientos catalanes está también en franca regresión: en 2003 se situó en el 57,9%, tres puntos por debajo de la cifra alcanzada el año anterior. La evolución más negativa durante el ejercicio pasado correspondió a las áreas turísticas del interior y a la ciudad de Barcelona, seguidas del Maresme y la Costa Daurada. Sin embargo, en algunas zonas se registraron ligeros incrementos en la actividad: el área del Pirineo constató la buena salud del turismo rural con un leve crecimiento del 1,3%, según los datos recogidos en la Memoria económica de Cataluña editada por el Consejo General de Cámaras de Cataluña.
Una de las razones de los primeros síntomas de crisis en el sector turístico en Cataluña -que supone el 10% de la riqueza de la comunidad en términos de PIB- es la caída del turismo extranjero. Las pernoctaciones de extranjeros se redujeron el 3,1% en 2003, en contraste con el crecimiento experimentado por el número de turistas procedentes del resto de España (4,2%). El problema puede intensificarse el próximo año: varios operadores turísticos británicos decidieron en abril dejar de incluir en sus catálogos los destinos de la Costa Brava, y algunos mayoristas, como First Choice, dejarán de hacerlo el próximo año, a pesar de que el aeropuerto de Girona se ha especializado en los últimos meses en aerolíneas de bajo coste, con varios destinos en las islas Británicas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de agosto de 2004