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SOLDADO JOSÉ MANUEL MORENO ENRÍQUEZ | SINIESTRO DEL EJÉRCITO ESPAÑOL EN AFGANISTÁN

"Me decía que estaba con los ordenadores para no preocuparme"

A José Manuel, de 30 años, le encantaba el deporte. Cuando él y su compañero de la infancia y ahora de trabajo Pedro Fajardo coincidían en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), su ciudad natal, solían salir a correr juntos por la barriada de El Instituto, donde se habían criado. Las casas de ambos distaban apenas 100 metros.

"A mí no me hablaba de los peligros. Nunca. Me decía que él estaba con los ordenadores, para no preocuparme. Pero yo sabía que no era verdad", explica Juan José, padre del soldado artillero. Pero según él, a sus dos hermanas mayores y a sus cuñados sí que les contó "lo duro que era Afganistán".

El militar era el tercero de seis hermanos. Era un hombre reservado, incluso con su familia, que desde muy pronto quiso independizarse económicamente. Logró entrar en el Ejército tras intentar ingresar en la Guardia Civil. Antes de partir hacia Afganistán, el soldado artillero, ya había cumplido una misión de seis meses en Bosnia-Herzegovina. Su trabajo, explica su padre, "era vocacional y le llenaba de satisfacción". Separado recientemente, embarcó hacia el país asiático hace apenas tres meses.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de agosto de 2005