Con la comida no se juega, y menos si la religión está por medio. La sharia musulmana establece que hay alimentos halal y haram. Haram son aquellos prohibidos en el Corán, como el alcohol, la carne de cerdo, la de un animal hallado muerto, la de los carroñeros, la de las aves con garras o la de todos aquellos que no hayan sido debidamente sacrificados. Halal significa "permitido, autorizado o saludable".
En los países musulmanes, los alimentos que se consumen están sujetos a la ley islámica. Pero, ¿qué ocurre, por ejemplo, en los países europeos donde tradicionalmente no se han tenido en cuenta las normas halal pero que cada vez cuentan con más ciudadanos musulmanes?
Allá por 1998, la Junta Islámica, cuya sede está en Almodóvar del Río (Córdoba), se planteó solucionar este problema. En 2003, consiguieron por fin el reconocimiento del Ministerio de Industria para su sello de Garantía Halal. Unas 70 empresas españolas ya lo tienen y otras 30 lo han solicitado y lo obtendrán antes de que acabe 2005. Entre las que ya lo han conseguido están grandes compañías como Central Lechera Asturiana, Conservas Isabel o El Pozo.
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"Algunos se han dado cuenta de que es un nuevo nicho dentro de mercados saturados como el de los embutidos", explica Isabel Romero, presidenta del Instituto Halal, el organismo encargado de los certificados. Sostiene que en España hay un millón y medio de personas procedentes de países musulmanes, aunque las cifras oficiales hablan de unas 900.000.
Pero no sólo se trata de un mercado emergente interior. En muchos países islámicos se establece la obligatoriedad de un certificado halal para introducir productos cárnicos.
Una delegación de los Emiratos Árabes visita España estos días. Mohamed Omar Al Bamay, del emirato de Sharjah, explica que forman parte de una comisión que quiere comprobar si se ha superado la crisis de las vacas locas, que llevó a los Emiratos Árabes a prohibir la entrada de carne europea hace unos años. Ayer se reunieron en Madrid con representantes de los ministerios de Agricultura, de Sanidad y de Industria.
Pero Al Bamay explica que no basta con que se cumpla con las medidas sanitarias para que pueda entrar la carne europea en su país. También se necesita el certificado halal. Por eso, el jueves, se reunieron con los responsables del Instituto Halal de Almodóvar del Río. Al Bamay: "Nuestra intención es acreditarlo porque es el canal imprescindible para los productos que lleguen a nuestro país, aunque se tendrán que solventar algunos detalles técnicos". Romero espera que, en un mes, les concedan por fin el visto bueno de las autoridades de los Emiratos Árabes para su sello. Serán los únicos que lo tendrán en España.
Esto supondrá para las empresas españolas una vía de acceso a un gran mercado, según la presidenta del Instituto Halal. "Dubai es la puerta de entrada al mundo árabe, es un gran centro logístico", afirma Romero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de septiembre de 2005