Sin querer dar muchas vueltas a los 19 meses de penosas negociaciones que el nuevo Estatuto ha necesitado para ver la luz, el líder de Convergència i Unió, Artur Mas, centró su intervención en los tiempos venideros, para los que considera indispensable que las fuerzas políticas catalanas formen un solo bloque para defender en las Cortes generales el redactado aprobado ayer. "Cataluña ha hablado con la voz clara y alta, ahora debemos hacerlo valer" en el Congreso. Allí los catalanes "debemos sabernos explicar y hacernos entender, pero también hacernos respetar", añadió.
Aunque ofreció toda su colaboración al PSC para que no ceda ante las presiones de los sectores del PSOE que rechazan el nuevo Estatuto, Artur Mas aseguró que "la responsabilidad" del proceso negociador que se abre ahora "recaerá en los socialistas".
Pero ayer, el líder de CiU no quiso entrar en el terreno de las desconfianzas apriorísticas ni dejarse llevar por el catastrofismo anticipado. Calificó el nuevo Estatuto como "el referente de futuro" del autogobierno catalán; aseguró que el voto afirmativo de su partido "es un sí comprometido y sin fisuras"; se declaró "especialmente satisfecho" con el conjunto del proceso e incluso tuvo palabras de "homenaje" para Pasqual Maragall, con quien dijo haber estrechado su relación "de forma franca y honesta" durante la recta final de las negociaciones. Estas palabras también desataron un aplauso dentro y fuera de la bancada nacionalista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de octubre de 2005