El derecho de huelga ampara en principio a cualquier colectivo en lucha por corregir agravios, pero no a cualquier precio. El bloqueo de la mayoría de los puertos mediterráneos durante los últimos tres días en demanda de más ayudas al sector pesquero resulta una medida intimidatoria abusiva, por muy razonables que sean las protestas gremiales como consecuencia de la fuerte subida de los carburantes. No resulta de recibo que la queja se lleve hasta el extremo de cortar el acceso a las bocanas, impedir la entrada de mercancías imprescindibles para el funcionamiento de algunas industrias, alterar el servicio de las compañías de cruceros o alentar con la violencia a los consumidores a no comprar productos del mar hasta que se resuelva el contencioso abierto con el Gobierno.
Asistimos en los últimos tiempos a abusivas interpretaciones de los derechos sociales por parte de sectores productivos estratégicos, que son evidentemente conscientes del impacto que acarrean. Exigen inmediatas compensaciones sin importar si son posibles o si redundarán en perjuicio de otros. El último caso fue el paro del transporte, también por el alza de los carburantes.
La flota de bajura da empleo a unas 60.000 personas (250.000 sumando el indirecto). Es un sector con dificultades que ya se beneficia de grandes ayudas públicas. Los pescadores piden ahora subsidios directos hasta 100.000 euros por barco en vez de los 3.000 actuales, y que se subvencione el litro de gasóleo a partir de 27 céntimos en lugar de a partir de 50 como ahora. Igualmente, proponen que se cree un fondo de garantía para asegurar un precio máximo del combustible.
El Gobierno ofrece aumentar la ayuda al gasóleo en la misma proporción de aumento del precio del carburante. La ministra Espinosa asegura que no tiene margen adicional. Lo sorprendente es que hubiera dicho lo contrario. Hay que esperar de la cordura y flexibilidad de todos en la reunión de hoy entre la ministra y los representantes del sector. Pero ante todo debe cesar el bloqueo injustificable de los puertos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005