El muro de pesqueros que bloquea los principales puertos del Mediterráneo dejó ayer en tierra a miles de pasajeros. Sólo en las islas Baleares, cuyo presidente alertó del peligro de desabastecimiento, las navieras estimaron en 4.000 las personas afectadas. La imposibilidad de acceder a los puertos y la de salir de ellos perjudicó también a decenas de buques de carga, entre ellos algunos petroleros. Los mercados mayoristas de pescado de Barcelona y Valencia tenían previsto cerrar en la madrugada de hoy, en solidaridad con los marineros, que hoy se reúnen con la ministra Elena Espinosa. El Gobierno pidió al sector "sensatez".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de octubre de 2005