El PP congregó a mediodía de ayer en la Puerta del Sol de Madrid y sus alrededores a unos 47.000 seguidores para rendir homenaje a la Constitución en pleno debate de la reforma del Estatuto catalán. Los congregados recibieron con aplausos a Mariano Rajoy, que se reincorporaba a la actividad política tras el accidente de helicóptero que sufrió el jueves pasado en Móstoles.
El presidente del PP, arropado por el anterior líder de los populares, José María Aznar, y por toda la plana mayor de este partido, incluida una amplia representación de Cataluña encabezada por Josep Piqué, proclamó que "sólo hay una nación, la española". "No formamos una nación de naciones, sino una nación de personas, de individuos, de ciudadanos libres e iguales". "El Estado autonómico no significa que nuestra nación se fragmente en parcelas", insistió.
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El acto y su discurso fueron interpretados por el tripartito catalán y CiU como un ataque al nuevo Estatuto. "Nada frenará la reforma", afirmaron. El PSOE criticó que se haga "un uso partidista de la Constitución para enfrentar a los españoles".
Rajoy acentuó su discurso denunciando que se quiere silenciar a muchos españoles por expresar sus ideas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de diciembre de 2005