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La reforma europea del vino

"Quedamos pocos por abandonar"

La propuesta amenaza con debilitar aún más una parte del sector valenciano del vino

Caudete de las Fuentes
La propuesta de la Comisión Europea para reformar el mercado del vino ha puesto en alerta a los productores españoles. La UE quiere destinar 2.400 millones de euros para arrancar 400.000 hectáreas de viñedo en cinco años para hacer un sector más rentable y acabar con los excedentes de producción. El sector se opone a que la reforma se centre en premiar el abandono de viñas, aunque admite que hay que competir en el mercado; pide tiempo para adaptarse y ayudas para mejorar el vino y vender más. Dos viticultores de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana (entre las más afectadas, junto a Extremadura, si sale adelante la propuesta) explican cómo les afectarían los cambios y cómo encaran el futuro.

Casi todos los pueblos y aldeas de la comarca cuentan con una cooperativa. Y casi siempre "tienen nombre de santo", bromea. Octavio Maeso, agricultor de 49 años de Caudete de las Fuentes (Valencia), población eminentemente agraria que no llega a mil habitantes, es socio de la de Nuestra Señora de las Viñas, que presidió entre 1999 y 2003. Una cooperativa mediana cuya sección de uva aglutina a 150 socios de los cuales un tercio son agricultores profesionales, cuestión que condiciona las decisiones de inversión. En la población, y en la comarca, el principal cultivo es la viña y por ello una propuesta como la que acaba de poner Bruselas en la mesa tiene su eco.

La situación de los viticultores de la zona, en líneas generales, guarda un complicado equilibrio porque la rentabilidad es más baja que en otros puntos. Una realidad que ya ha llevado a que jóvenes abandonen el campo. El agricultor teme que la aprobación de la reforma tal y como se plantea hipoteque aún más el futuro de muchos: "Quedamos poca gente por abandonar, el problema es que no se incorporen jóvenes". No se atreve a decir cómo le afectaría a él un borrador que, recuerda, aún es sólo eso. Maeso cultiva alrededor de 70 hectáreas de viñedo, que está reestructurando y modernizando, aunque también cuenta con 10 hectáreas dedicadas a almendros y una granja con 1.000 cerdos. Su caso no es el mayoritario en la zona, donde el agricultor medio cuenta con entre 15 y 20 hectáreas de viña. Maeso, además, tiene dos hijos trabajando junto a él.

En la comarca de Utiel-Requena se cultivan 41.233 hectáreas de viña. De ese total, alrededor del 30% de la producción se ampara bajo la Denominación de Origen (DO) de la zona. La DO Utiel-Requena embotella cerca del 90% de lo que comercializa. En el caso de la cooperativa de Caudete de las Fuentes, el año pasado recolectó siete millones de kilos de uvas, de los cuales entre un 10% y un 15% se comercializa bajo la DO Utiel-Requena. El resto es vendido como vino de mesa (granel). El porcentaje de producto que se embotella es testimonial y no llega al 1%.

El agricultor explica una paradoja que viven estos productores y que supone que el precio del hectogrado del caldo que se dirige al mercado sea menor al del que se deriva para la destilación (máximo un 25%). Maeso se muestra a favor de que Bruselas elimine este apoyo económico porque dice que sólo una parte llega al agricultor, pero para evitar que se agudice la crisis reclama ayudas directas a la hectárea o a la "vendimia verde" (recolectar la fruta antes de madurar para evitar la tentación de que se desvíe al mercado). Maeso, por otro lado, se opone a que Bruselas pague el arranque de cepas en función de la rentabilidad porque la medida beneficiaría a las zonas más solventes. "Si se pagara por hectárea desaparecerían antes las que menos producen", defiende.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de junio de 2006