La insurgencia iraquí lanzó ayer su mayor desafío contra el centro del poder de Estados Unidos en Bagdad, la llamada Zona Verde, donde se encuentran la Embajada y el mando militar norteamericano y las sedes del Gobierno y del Parlamento iraquíes.
Un terrorista suicida logró infiltrarse en dicha zona y se hizo estallar en plena hora del almuerzo en la cafetería del Parlamento causando la muerte de tres diputados y cuatro empleados, así como una veintena de heridos. Es la primera vez que la insurgencia comete un atentado dentro de este perímetro de seguridad. Hasta ahora, se había limitado al lanzamiento de granadas de mortero desde al menos un kilómetro de distancia.
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Horas antes, un camión con explosivos destruyó al estallar uno de los puentes sobre el río Tigris más transitados de Bagdad. La intención de los terroristas, aseguró el portavoz del Parlamento iraquí, Mahmud Mashhadani, es dividir la capital en dos: un este chií y un oeste suní.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de abril de 2007