Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, está buscando una mayor implicación de la comunidad internacional para ayudar a Irak. La pasada madrugada aseguró que ha llegado la hora de "la acción colectiva". Ban aseguró al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que la ONU está dispuesta a incrementar su papel en el país árabe, abriendo dos oficinas más, aunque reiteró que su presencia está condicionada a la seguridad.
La ONU acogió una reunión de alto nivel, presidida por Ban y Maliki, en la que participaron una veintena de países. El propósito era discutir cómo reforzar la misión en Irak (UNAMI), en el marco de la resolución adoptada en agosto, por la que se amplían sus competencias en el ámbito de la reconciliación política, de la asistencia humanitaria y la reconstrucción.
Ban Ki-moon explicó que la ONU podría abrir una segunda oficina de apoyo en Bagdad y otra en Basora. Pero como recordó el surcoreano, Irak es una zona de guerra y espera que se haga mucho más en el ámbito de la seguridad para garantizar la protección de su personal. La UNAMI cuenta con 65 empleados, que podría elevar a en torno un centenar. Nuri al Maliki dijo que "la situación ha mejorado mucho en Bagdad", y aseguró que serán capaces de "proveer seguridad a la ONU para que puedan desempeñar su mandado".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de septiembre de 2007