Un niño con el puño en alto, rubio, bien vestido, bien peinado, angelical con sus tirantes en medio de la muchedumbre que se manifestaba un 23 de junio de 1976 para exigir mejor calidad en la enseñanza y contra la carestía de la vida. Finalmente los gritos de ¡Libertad!, ¡Amnistía!, se abrieron paso y los grises terminaron el asunto por las bravas. Daniel Rivas fue fotografiado por César Lucas sobre los hombros de un amigo de la familia y la publicación de esa instantánea le costó a EL PAÍS la protesta de un ministro. Su protagonista sería desde entonces un icono de la Transición.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de octubre de 2007