La crisis del Partido Popular
El PP ha pinchado en hueso, y ese hueso se llama María San Gil. Hasta ahora, los portazos de varios dirigentes a Mariano Rajoy habían debilitado su liderazgo, pero ayer la crisis abierta por la presidenta del PP vasco mostró más claramente que nunca la división del PP en dos almas...
Al anuncio de María San Gil de abandonar la ponencia política del PP le siguió algún cambio en las agendas. San Gil renunció a asistir a la inauguración del VII Congreso de la Asociación Mujer, Familia y Trabajo, ayer en Madrid, donde debería unirse a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, en la foto. Lo que no varió fue la intención del PP de presentar hoy la ponencia política, también sin San Gil.
Mariano Rajoy está haciendo esfuerzos, siempre controlados y limitados, para tratar de evitar que el congreso de junio se convierta en un cónclave centrado en la contestación interna a su gestión. Uno de los asuntos que más interés y debate ha generado entre militantes y dirigentes regionales, alentado por medios conservadores, es el de la democracia interna.
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ | Niamey
De la Vega vuelve al continente para reforzar el papel de las mujeres
Ni el PSOE ni los socialistas catalanes quieren una guerra de guerrillas en la negociación sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. Y todos pondrán algo de su parte. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha instado, en público y en privado, a que cesen las hostilidades.
Con un lenguaje de denuncia, casi más propio de oposición que de Gobierno, el PSOE arremete contra "el abuso del poder público", para lo que propone la reforma "de las Administraciones Públicas" y, en primer lugar, la municipal, el gobierno local. Así figura en el borrador de la ponencia marco del PSOE que servirá de base para la discusión en el 37º congreso de los socialistas del próximo mes de julio.
La fiscal del caso por la supuesta trama mafiosa de la Policía Local de Coslada (83.200 habitantes), una de las mayores desarticuladas en España, pidió ayer el ingreso en prisión sin fianza para los 13 agentes que fueron detenidos y pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de la localidad madrileña. Los abogados de los imputados pidieron su puesta en libertad con cargos y sin fianza.
Era cuestión de tiempo, según todos los servicios antiterroristas. ETA había convertido en objetivo las obras del AVE vasco. Hasta ahora había instruido a los grupos de violencia callejera para que saboteasen a las empresas adjudicatarias de esas obras, pero no había dado el paso de atentar directamente contra ellas, como hizo en su día en el caso de la central nuclear de Lemoiz o la autovía de Leizarán.
Juan José R. R., de 50 años, envió desde la cárcel una carta firmada a su hermano Andrés y a su cuñada Lucía: "Cuando salga libre, os voy a matar a todos, y os echaré de casa". Sabían que se acercaba su libertad y fueron a la policía y a los juzgados de Rubí (Barcelona) a pedir protección. No sirvió de nada: una descoordinación judicial estuvo a punto de facilitar la tragedia.