"¿En estos momentos está usted siendo amenazada físicamente?", pregunta un operador del servicio de atención al ciudadano 012 de la Comunidad de Madrid. Es un martes cualquiera, a las siete de la tarde. Sólo tres horas después no habrá nadie para recibir esa llamada, que puede que busque sólo información o no, puede que sea una mujer sufriendo maltrato, como preguntaba el operador.
Mohamed es uno de los 79 niños palestinos que ayer chapotearon en el agua en el centro acuático de San Fernando de Henares. Este año veranean en Madrid, un lujo para ellos. Su sonrisa oculta la aspereza de su corta vida. Su historia no es muy diferente de la del resto de sus compañeros. Vive en Yenín, un campamento de refugiados en Cisjordania.
Mohamed tiene una pelota de fútbol vieja en la pequeña casa del campamento de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania, en la que vive junto a su madre, Soha. Le encanta el fútbol. Hace unos días pudo disfrutar de un partido del Barça y vio a Eto'o y a Henry: suficiente material para tejer sueños durante muchas noches.
La M-501 (carretera de los pantanos) vuelve a causar polémica, incluso después de haberse inaugurado hace un mes. En esta ocasión, el elemento de la discordia es una planta provisional de asfaltado que la Comunidad de Madrid autorizó instalar en marzo cerca de Chapinería y que debía terminar la obra de la vía.
"Estoy ahora mucho más nervioso que cuando atendía el parto esta mañana", comentaba el agente de la Policía Municipal Julio Montes, de 44 años, rodeado de una nube de espumas de micrófonos, cables y cámaras. Él y su compañero Juan Vicente Martín se han convertido en héroes para la ciudadanía sin tener que atrapar a un peligroso criminal o destapar un negocio ilegal.
Dicen que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona. Es lo mismo que debió pensar los que encontraron a Campanilla, una hembra de pastor alemán de un año. La perra fue abandonada por sus dueños con una cadena al cuello cuando sólo era un cachorro. La correa le produjo llagas en la piel. Pero su triste historia está a punto de tener un final feliz.
La carrera delictiva de Juan Antonio Ortega Utrera, un sevillano de 52 años afincado en Collado Villalba, suma y suma detenciones. Sin parar. Este viejo conocido de la policía y de la Guardia Civil tiene en su haber un largo historial que ocupa varias pantallas de ordenador.
R. FRAGUAS | Madrid
Un vistazo a esculturas, lienzos, árboles y manzanas gigantes
FERNANDO NEIRA | Madrid
Tras ocho años de silencio, el cantautor evoca en el agridulce disco 'Cedaceros 4' la capital en blanco y negro que le vio crecer
BANDA SONORA
CARLOS MARCOS | Madrid
En el centro suena una música de lo más variada: pop 'indie', salsa, 'tecno'...