El presidente de la Diputación y del PP provincial de Castellón, Carlos Fabra, está cada vez más cerca de sentarse en el banquillo de los acusados. La responsable del juzgado número 2 de Nules (Castellón) considera que hay indicios racionales de "un delito de falsedad documental" cometido por Fabra y otros ocho implicados en una trama para conseguir, mediante falsificaciones, la autorización para comercializar plaguicidas ilegales.
Trece supuestos piratas llevan seis días retenidos en el petrolero de la Armada española Marqués de la Ensenada -el decimocuarto permanece en un hospital militar de Yibuti-, inmersos en un proceso penal abierto en España y con un auto en el bolsillo que decreta su libertad provisional.
Todas las señales son inequívocas para el Gobierno: la oposición al completo recibirá las propuestas que hoy exponga el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con un severo rechazo (PP, CiU, PNV, ERC, IU, ICV, UPyD y NaBai) y, en el mejor de los casos, algunos grupos harán gala de un profundo escepticismo (BNG, CC y UPN) pero dispuestos a escuchar.
Como suele hacer en las grandes ocasiones, Mariano Rajoy no aparece por la calle Génova estos días y se ha encerrado en su casa para preparar el debate sobre el estado de la nación que tiene hoy su día estelar, con el choque de réplicas y contrarréplicas del presidente del Gobierno y el líder de la oposición.
El hacha de guerra parece temporalmente enterrada dentro del PP. Sin embargo, lo que ha cambiado han sido las circunstancias -una victoria en las elecciones gallegas que refuerza a Mariano Rajoy- y no las posiciones de cada uno de los protagonistas.
El homenaje al guardia civil Juan Manuel Piñuel, asesinado por ETA hace un año en el cuartel de Legutiano (Álava, 1.600 habitantes), se convirtió ayer en el primer acto oficial del lehendakari, Patxi López, que estuvo acompañado por su consejero de Interior, Rodolfo Ares, y otras autoridades.