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Elena Salgado / ULY MARTÍN
Hubo espacios de acuerdo en medio del desacuerdo. Ésta sería la conclusión de las muchas horas de reuniones bilaterales que ayer mantuvo la comisión gubernamental con distintos grupos de la oposición con el afán de poner en marcha medidas contra la crisis. Los trabajos arrancaron ayer y concluirán hoy en esta primera ronda
Después de mucho tiempo de ambigüedades, el PP se mojó ayer de manera definitiva en el asunto de las cajas de ahorro. Tanto, que chocó de frente con el rumbo que mantienen algunos de sus más poderosos barones autonómicos, como Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, o Francisco Camps, de la Comunidad Valenciana.
Más de dos horas estuvieron los tres ministros del Gobierno (Elena Salgado, José Blanco y Miguel Sebastián) y los dos enviados del PP (Cristóbal Montoro y Álvaro Nadal) discutiendo sobre todos los ejes centrales del debate económico salvo la reforma laboral, que se quedó fuera.
La Universidad de Nueva York (NYU) ha acreditado en un documento oficial que el juez Baltasar Garzón no pidió ni recibió financiación del banco Santander (BSCH) para organizar dos cursos en el Centro Rey Juan Carlos I de España en los que participaron diversas personalidades.
El mandatario venezolano, Hugo Chávez, rehusó ayer ofrecer explicaciones al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre los supuestos vínculos de su Gobierno con ETA, denunciados en un auto por el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. "No tengo nada que explicarle a Zapatero ni a nadie", declaró Chávez, según el canal venezolano Noticias 24.
Ocho autonomías cuentan cómo buscan enterramientos de la Guerra Civil
Parecía una flagrante ilegalidad desde su construcción en 1991, y la justicia lo acaba de confirmar. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) le ha dado la razón al dictamen de la Xunta, que en 2007, durante el Gobierno bipartito, incoó un expediente administrativo contra una urbanización de 52 chalés de lujo construidos en suelo rústico y junto al mar en O Grove (Pontevedra).
Veselin Vlaholic era sinónimo de terror en 1992 en el barrio de Grbavica de Sarajevo. Por eso se ganó por méritos propios el sobrenombre de El monstruo de Grbavica. "Yo maté a más de 100 moros y quemé sus cadáveres. ¿Por qué? Porque ellos mataron a mi mujer y a mis hijos.
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