José Tomás, en el momento de ser asistido por su cuadrilla y el personal de la plaza. / REUTERS
"Sólo tenía segundos para salvarlo"
"¿Cómo vamos José Luis, cómo vamos?". Con las manos metidas en la carne abierta de José Tomás, el doctor Alfredo Ruiz Romero preguntaba sin cesar por la presión arterial del torero. "Más o menos, sí tenemos pulso", le contestaba José Luis Martínez, el anestesista. Las compresas no habían detenido la hemorragia.